En Tablada Nueva

Foto:Ismael franciscoASUNCIÓN.— En el Barrio Tablada Nueva, en la parte norte de esta capital, la pobreza tiene rostros y nombres. Elisa y Manuel lo saben. La casa está casi pegada al río Paraguay. Cuando llueve, el mundo se les viene encima a casi todos los que residen por aquí.

Elisa y Manuel apenas recibieron instrucción. Ella cursó hasta el segundo grado y él, hasta el cuarto. "No se pudo más", expresan, pero hoy la alegría los rebasa: tienen un "doctor en la familia" y es "una bendición de Dios", explican en este diálogo tomado a retazos, donde se entremezclaron el guaraní con el español.

Hasta su humilde hogar llegó Granma para contrastar las realidades que nos contaba en La Habana Silvestre Mendieta Cardozo, el hijo de Elisa y Manuel.

"No sé cómo agradecer a Fidel Castro y a todos los que están allá y lo ayudaron", confesó emocionada la madre de ese joven paraguayo, recién graduado en la ELAM.

"Cuando ganó la beca me dijo: ‘si yo no me voy, no va a salir nada de mí’; como estaba decidido, lo apoyamos", recuerda el padre.

"Juntamos la platica", no solo con la colaboración de los vecinos "eso fue la primera vez, porque después vendimos sopa, empanadas, criamos chanchos¼ el mismo Silvestre vendió empanadas para su pasaje".

Así es el entorno de buena parte de quienes se forman en la Escuela Latinoamericana de Medicina. Para Elisa y Manuel los lujos no importan, jamás los conocieron, pero tienen una sonrisa limpia. Y pienso entonces en la felicidad, que poco o nada tiene que ver con los bienes materiales. (D.F.M.)

 

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