WASHINGTON, 15 de agosto.— Las zonas muertas en los océanos del
mundo, donde la ausencia de oxígeno impide el desarrollo de vida
marina, aumentaron más de un tercio entre 1995 y el 2007, debido al
vertido de fertilizantes y la quema de combustibles fósiles, revela
un estudio que divulga hoy la revista Science.
El aumento de las zonas muertas en el mar se ha convertido en el
principal agente de presión sobre los ecosistemas marinos, en el
mismo nivel de la pesca excesiva, la pérdida de hábitat y otros
problemas ambientales.
Su aumento, recoge EFE, se debe a que ciertos nutrientes,
especialmente nitrógeno y fósforo, entran en las aguas costeras y su
exceso mata las algas. Al morir, esas plantas microscópicas se
hunden hasta el fondo marino y se convierten en alimento de
bacterias, que en el acto de la descomposición consumen el oxígeno
circundante.
En estos momentos existen 405 zonas muertas en aguas cercanas a
las costas en todo el mundo, lo que supone una superficie de más de
26 500 kilómetros cuadrados. Por otra parte, al impedir el
desarrollo de algunos habitantes de los fondos marinos, como las
almejas y gusanos, se elimina una importante fuente de nutrición
para otros depredadores.