Los trabajadores de la fábrica procesadora de caolín Julius
Fusick en la Isla de la Juventud incorporan con eficiencia nuevos
surtidos en sus planes productivos, afirmó su director Luis Alberto
Betancourt.
El colectivo de trabajadores de esa entidad fabril introdujo, de
forma experimental el pasado año, la producción de cemento cola, que
debido a los altos parámetros de calidad dan cobertura en la
actualidad a la necesidad local y del país y clasifica además como
rubro exportable.
Gracias a la reconversión tecnológica que hace dos años realizó a
una vieja máquina, el movimiento de innovadores y racionalizadores
de esa entidad se abrió una nueva línea de producción dedicada a
pulverizar carbonato de calcio, útil como material constructivo en
el acabado de los inmuebles.
Esa innovación ofrece un producto de calidad, que permite, con un
considerable ahorro de combustible, buscar nuevos mercados
nacionales y sustituir importaciones, ya que el carbonato es un
importante componente en el mejoramiento de los suelos y de alimento
para animales.
A más de 40 años de fundada por Ernesto Che Guevara, entonces
ministro cubano de Industrias, la fábrica redimensionada produce
unas cuatro mil toneladas de caolín anuales para satisfacer la
demanda de las unidades de cerámicas locales, de Holguín y de San
José de las Lajas en La Habana.
De igual modo, destina sus producciones al municipio habanero de
Güines, donde se producen ladrillos refractarios para los hornos de
los centrales y de la Antillana de Acero, precisó Betancourt.
Ampliada y modernizada en 1979 y 1985, esta fábrica beneficia el
mineral gris, blanco y Partagás, importante recurso para la
producción también de electrodos, acumuladores, plaguicidas,
aisladores, papel, calzado y ladrillos refractarios.
Hoy se da respuesta, de manera eficiente, a la demanda nacional
sin explotar al máximo la capacidad instalada y, a partir de nuevas
inversiones se proponen incorporar clientes tan exigentes como los
fabricantes de pintura, neumáticos, cosméticos y farmacéuticos,
precisó.
A unos 13 kilómetros de la ciudad cabecera de la Isla de la
Juventud se localiza esa entidad fabril, única de su tipo en Cuba,
la cual tiene el 70 por ciento de su fuerza laboral calificada