Dos pautas claves rigen el socorro a las víctimas de un accidente
de tránsito: no agravar el riesgo y no proceder si no se tiene
conocimiento. Para el doctor Maurice García Morris, vicedirector del
Centro Coordinador Nacional de Emergencia Médica, resulta más
importante saber qué no hacer pues un mal procedimiento conlleva a
consecuencias nefastas. Hasta la curiosidad puede agravar el hecho,
porque cuántas veces ante un accidente los conductores descuidan el
timón para saber qué sucede, y provocan así otro incidente.
Si la situación lo exige, pues no han llegado las autoridades
para socorrer, es necesario saber entonces cómo auxiliar. Según el
doctor García Morris, lo primero es evitar mayores daños: estacionar
el auto del socorrista en un lugar seguro; señalizar el área; apagar
el motor de los vehículos, sus dispositivos eléctricos y quitar las
llaves de contacto para evitar incendios; e inmovilizar los carros
con el fin de impedir posibles desplazamientos.
Comenta el especialista que, luego de asegurado el lugar, debe
velarse por el estado de los heridos. Hablarles, arroparlos,
brindarles confianza, no darles de comer, beber o moverlos. Aclara
que solo en caso de mayor peligro se justifica el traslado de sitio
del lesionado. Pero este movimiento no debe hacerse a la ligera pues
la víctima pudiera presentar un traumatismo cervical; hay que
inmovilizarla, y mantener en línea recta el tronco con la cabeza.
Recomendamos además pasar un pañuelo alrededor del cuello, de
atrás hacia delante, y anudarlo; realizar luego el traslado
intentando siempre que el tronco y la cabeza tengan un movimiento en
bloque. Una mala manipulación puede provocar parálisis de la porción
inferior del cuerpo (paraplejias) y disminución de la fuerza
muscular en una parte de él (hemiparesia). En caso de heridas está
contraindicado el uso del torniquete. Lo oportuno es ejercer presión
sobre ellas para detener el sangrado. Y cuando están obstruidas las
vías respiratorias a veces basta con realizar una sencilla maniobra
de hiperextensión (estiramiento) de la cabeza o si la víctima está
inconsciente retirar la lengua caída hacia atrás.
Los traumatismos craneoencefálicos, muy frecuentes en accidentes
de tránsito, es la tercera causa de emergencia, luego de las
cardiopatías isquémicas y las enfermedades cardiovasculares. En
estos meses de verano, cuando las carreteras hacia playas y ríos se
repletan de vehículos apremia más la prudencia que la urgencia; por
eso llamar a las autoridades y socorrer solo si se sabe o se
necesita, resultan reglas de oro ante un incidente en la vía.