Primeros Auxilios

Prudencia más que urgencia

Leticia Martínez Hernández

¿Qué sucede en los minutos siguientes a un accidente de tránsito? ¿Cómo ayudar a las víctimas? ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer? Estas interrogantes no resultan frecuentes. Sin embargo, de sus seguras y acertadas respuestas depende la supervivencia de los implicados. Los primeros auxilios, esas medidas terapéuticas urgentes que se aplican hasta disponer del tratamiento especializado, marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Ahora cuando el verano invita al disfrute, valen unas líneas para meditar sobre urgencias y prudencias en las vías.

Foto:Yaimí RaveloEl doctor Maurice García Morris, vicedirector del Centro Coordinador Nacional de Emergencia Médica.

Dos pautas claves rigen el socorro a las víctimas de un accidente de tránsito: no agravar el riesgo y no proceder si no se tiene conocimiento. Para el doctor Maurice García Morris, vicedirector del Centro Coordinador Nacional de Emergencia Médica, resulta más importante saber qué no hacer pues un mal procedimiento conlleva a consecuencias nefastas. Hasta la curiosidad puede agravar el hecho, porque cuántas veces ante un accidente los conductores descuidan el timón para saber qué sucede, y provocan así otro incidente.

Si la situación lo exige, pues no han llegado las autoridades para socorrer, es necesario saber entonces cómo auxiliar. Según el doctor García Morris, lo primero es evitar mayores daños: estacionar el auto del socorrista en un lugar seguro; señalizar el área; apagar el motor de los vehículos, sus dispositivos eléctricos y quitar las llaves de contacto para evitar incendios; e inmovilizar los carros con el fin de impedir posibles desplazamientos.

Comenta el especialista que, luego de asegurado el lugar, debe velarse por el estado de los heridos. Hablarles, arroparlos, brindarles confianza, no darles de comer, beber o moverlos. Aclara que solo en caso de mayor peligro se justifica el traslado de sitio del lesionado. Pero este movimiento no debe hacerse a la ligera pues la víctima pudiera presentar un traumatismo cervical; hay que inmovilizarla, y mantener en línea recta el tronco con la cabeza.

Recomendamos además pasar un pañuelo alrededor del cuello, de atrás hacia delante, y anudarlo; realizar luego el traslado intentando siempre que el tronco y la cabeza tengan un movimiento en bloque. Una mala manipulación puede provocar parálisis de la porción inferior del cuerpo (paraplejias) y disminución de la fuerza muscular en una parte de él (hemiparesia). En caso de heridas está contraindicado el uso del torniquete. Lo oportuno es ejercer presión sobre ellas para detener el sangrado. Y cuando están obstruidas las vías respiratorias a veces basta con realizar una sencilla maniobra de hiperextensión (estiramiento) de la cabeza o si la víctima está inconsciente retirar la lengua caída hacia atrás.

Los traumatismos craneoencefálicos, muy frecuentes en accidentes de tránsito, es la tercera causa de emergencia, luego de las cardiopatías isquémicas y las enfermedades cardiovasculares. En estos meses de verano, cuando las carreteras hacia playas y ríos se repletan de vehículos apremia más la prudencia que la urgencia; por eso llamar a las autoridades y socorrer solo si se sabe o se necesita, resultan reglas de oro ante un incidente en la vía.

 

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