No
obedece al azar que uno de los autores especialmente promovidos en
la actual campaña Lecturas de Verano, patrocinada por el Instituto
Cubano del Libro con el apoyo de la Unión de Jóvenes Comunistas, sea
Alejo Carpentier.
Se trata de realzar la vigencia de una obra que situó a la
narrativa cubana en un lugar destacado del mapa literario universal,
y de facilitar que las nuevas generaciones de lectores descubran no
solo la riqueza de una prosa única, sino también los profundos
valores humanistas que emergen de cada uno de sus escritos.
La red nacional de librerías ha puesto a la venta las novelas
Concierto barroco y El arpa y la sombra, publicadas por
la editorial Letras Cubanas, y una selección de sus textos
periodísticos, Crónicas, debida a la editorial Oriente.
Las dos novelas recrean momentos de la historia americana con
irresistible humor y notable ingenio: en el primer caso, la trama se
centra en el viaje a Europa de un colonizador español asimilado a
nuestras tierras con su sirviente negro; y en el segundo, de una
imaginaria biografía de Cristóbal Colón, ajena a los tópicos míticos
con que suele tratarse a este personaje.
Por su parte, el libro de crónicas rescata el periodismo juvenil
de Carpentier, donde dio cuentas con ágiles brochazos de la vida
europea a fines de los veinte y principios de los treinta.
Uno de los más notables narradores argentinos de estos días,
Tempo Giardinelli, escribió hace algunos años: "Alejo Carpentier
fue, para mí, una piedra basal. Desde que leí los cuentos de
Guerra del tiempo supe que esa era la prosa que mejor nos
expresaba a los latinoamericanos. Más allá de modas y tendencias
críticas, su prosa perfecta incitaría mi ánimo hasta convertirme a
su fe literaria".
Es casi seguro que los nuevos lectores de Carpentier experimenten
esa conversión, en contacto con su prosa este verano.