El desinterés del hombre por trabajar la tierra es una de las 
			principales causas de la poca producción de alimentos, contribuyendo 
			a su elevado costo en el mercado internacional.
			Utilicemos cada pedazo de suelo fértil abandonado, preparemos con 
			amor los di-ques, aprovechando estas lluvias oportunas y las zanjas 
			que crean, hagamos esta obra apoyados en la máxima experiencia; 
			parece fácil y no lo es, difícil pero no imposible. Reduzcamos las 
			importaciones de arroz, su costo es abusivo para la economía de los 
			países pobres. 
			¡Sí podemos! A lo largo de nuestra historia siempre lo hemos 
			hecho. Amanecer, con el agua hasta las rodillas, es la única 
			posibilidad de cosechar lo nuestro.