Los candidatos presidenciales de Estados 
			Unidos olvidaron en los últimos días los problemas del electorado 
			para centrar sus campañas en acusaciones frontales de conductas 
			racistas y sensacionalistas.
			El aspirante republicano, John McCain, comenzó los ataques con 
			cuestionamientos al patriotismo de su rival Barack Obama, pese a que 
			prometió desterrar de sus estrategias los golpes bajos por haber 
			sufrido los estragos de esas tácticas en anteriores comicios.
			Sus asesores acusaron al candidato demócrata de cancelar una 
			visita a un hospital militar del Pentágono en Alemania durante su 
			reciente estancia en Europa porque le impidieron hacer el recorrido 
			junto a la prensa.
			El objetivo de esas imputaciones es retratar a Obama como un 
			político acobardado, más interesado en su imagen que en los soldados 
			enfermos, reconocieron fuentes del equipo de McCain al diario The 
			Washington Post.
			Los republicanos también intentaron desvirtuar la popularidad del 
			senador afronorteamericano, al sugerir en un comercial su supuesta 
			incapacidad para afrontar problemas de política mayor y compararlo 
			con la cantante Britney Spears y la celebridad Paris Hilton.
			The New York Times indicó que las nuevas estrategias de McCain 
			evidencian la asesoría de antiguos discípulos de Karl Rove, otrora 
			mano derecha del presidente George W. Bush que renunció en medio de 
			escándalos de manipulaciones y uso indebido de información secreta.
			Los ataques republicanos ponen en duda más que el patriotismo de 
			Obama, e intentan presentarlo como alguien favorable a impuestos más 
			altos, culpable además del incremento en los precios del petróleo, 
			agregó el rotativo.
			Por su parte, el equipo del senador demócrata por Illinois 
			criticó al bando republicano de apelar a la politiquería y fórmulas 
			del pasado, en vez de centrarse en los verdaderos problemas del 
			pueblo estadounidense como la guerra en Iraq y la economía.
			Como no tienen nuevas ideas, su única estrategia es la de 
			intentar asustarlos conmigo, señaló Obama, quien advirtió que lo 
			presentarían como alguien poco patriota, de nombre raro y diferente 
			cara a la de los anteriores presidentes para intimidar al 
			electorado.