El gobierno boliviano alista 
			desde hoy un plan de contingencia para enfrentar los embates del 
			fenómeno climático El Niño, que comenzará a azotar al país en los 
			meses de octubre y noviembre próximos.
			De acuerdo con un comunicado del Centro de Operaciones de 
			Emergencia (COE), no se descarta que hasta fines de este año 
			reaparezcan lluvias intensas e inundaciones, entre otras 
			manifestaciones.
			El director del COE, Raul Ergueta, explicó que los cambios 
			bruscos en las corrientes oceánicas son la causa de la llegada 
			temprana a Bolivia de El Niño.
			Según los pronósticos, las zonas de mayor riesgo se ubican en el 
			trópico y parte del occidente de la nación andina.
			El recrudecimiento de las heladas en la zona de los valles, 
			también forma parte la presencia de ese fenómeno.
			Ergueta precisó que estos cambios climáticos, entre otros, 
			generarán olas de calor, sequías, vendavales, aridez de la tierra e 
			inundaciones.
			Por su parte, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), 
			alertó sobre el posible adelantamiento de las lluvias.
			El pasado año, El Niño causó en Bolivia cuantiosas pérdidas 
			económicas.
			De acuerdo con datos de la Defensa Civil, el embate climático 
			tuvo un saldo de 48 personas fallecidas, nueve desaparecidos y más 
			de 80 mil familias afectadas.