El árbol de Jagua, del cual solo queda un ejemplar en el centro
histórico de la ciudad de Cienfuegos, fue rescatado y ya 600
posturas crecen vigorosas en el Jardín Botánico de esta provincia.
Julio León Cabrera, especialista de esa institución científica,
expresó a la AIN que en el vivero creado por él esos arbustos ya
alcanzan los 60 centímetros de altura y están listos para plantar en
los jardines y parques de la ciudad.
Incluso para el 190 aniversario de la fundación de la ciudad de
Cienfuegos, a conmemorarse en abril del 2009, se pretende sembrar un
bosque de jaguas a fin de revitalizar la tradición pero con
resultados mejores, pues hasta ahora el ejemplar plantado en el
parque de la ciudad apenas llega a la edad adulta afectado por el
estrés medioambiental.
Devenido símbolo dentro del patrimonio natural, el árbol del
Jagua está rodeado de una leyenda, la cual creció desde los
instantes primarios de la existencia del hombre en la comarca de
esta región denominada Jagua por los aborígenes.
Algunos suponen que el nombre sobrevino por la gran cantidad de
árboles de esa variedad presentes en esa época, otros por el valor
de la palabra en sí que para los indios significaba manantial,
riqueza, fuente.
Según la leyenda, de los apetitosos frutos de un árbol, Maroya la
Luna dio vida a la primera mujer sobre la tierra, a la que nombraría
Jagua, y haría compañía a Caunao, el segundo hijo de Guanaroca y
Hamao.
La diosa Jagua enseñó las artes de pesca, la caza y la
agricultura a los hombres a quien protegió en esta comarca donde se
originó, con los años, la villa Fernandina de Jagua, hoy Cienfuegos.