Bañistas: ¡no se tiren de cabeza al agua!

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

No hay juego malabar en la expresión: una madre inconsolable por la pérdida de su hijo se dirigió a uno de los subdirectores de nuestro diario con el ruego de que Granma abordara el tema del traumatismo cervical, como consecuencia de la tirada de los bañistas de puentes, barcos y trampolines, en playas, ríos y piscinas, sin tener en cuenta la profundidad de las aguas.

La urgencia del tema, por el alto número de vidas jóvenes que cobran estos accidentes, me hizo hurgar en las notas taquigráficas de una "vieja" entrevista que realicé a un renombrado neurocirujano de nuestro país, el profesor Rafael Gallardo Carnisé, quien me informó entonces que en los meses de verano solo en el Servicio de Neurocirugía del Calixto García eran atendidos alrededor de 25 traumatismos cervicales —de los que llegaban con vida a esa prestigiosa institución, subrayaba—, atendiendo a que la mortalidad que originan esas lesiones son ciertamente elevadas, o la incapacidad, porque en los que sobreviven quedan secuelas motoras importantes, incluso de los cuatro miembros.

Una tirada en agua "sin fondo" provoca un movimiento forzado del cuello (flexión o deflexión) que daña el estuche vertebral y repercute sobre la médula cervical, "una de las estructuras nerviosas de mayor valor fisiológico".

Para definirlo en lengua diaria se puede señalar que el estuche cervical es un cordón de alrededor de unos dos centímetros por donde ascienden y descienden los mecanismos vinculados con la movilidad, sensibilidad y gobierno vegetativo del organismo humano.

Atendiendo a la disposición de la columna vertebral, los traumatismos provocan generalmente la ruptura de la quinta y sexta vértebras, o de la sexta y la séptima, y las lesiones que afectan a la cuarta vértebra hacia arriba, son mucho más graves porque comprometen el diafragma e impiden la respiración.

Reconocen los especialistas que lo más importante en el trauma cervical no es, justamente, el tratamiento, sino su prevención. Entonces, bañistas, mucha atención, ¡no se tiren de cabeza al agua!

 

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