SANTIAGO
DE CUBA. — La presencia de sus hermanos de asalto (Moncada) y de
desembarco (Las Coloradas), esos tiernos acordes de Damisela
encantadora que la siguen estremeciendo, anécdotas y referencias en
las que no faltan Fidel, Abel, Frank¼
besos, felicitaciones, ramos de hermosísimas flores¼
nada le es ajeno a la Heroína del Pueblo, Melba Hernández en su 87
cumpleaños.
El mayor placer, en cambio, le llega por intermedio de esas
diminutas manos, a ambos lados, que ella aprieta suavemente,
acaricia y cubre sin cesar, bajo la ternura de sus octogenarios
dedos.
"Estos niños son la gloria —afirma—, es algo que le agradezco a
la vida y a sus padres, porque significan todo hoy y la confianza en
lo que serán mañana. Por ellos luché y lucharé siempre¼
"
Sin renunciar al candor de aquella heroica mano, la pequeña
Lianni Elena Suárez (de Contramaestre) se empina y besa, una vez
más, la mejilla que millones de cubanos quisieran rozar, mientras a
la santiaguerita Sheila Janllura Roque le parece que "con las
caricias de Melba estoy viviendo ahora el triunfo del año 1959".
Con alas de abeja y mariposa, pétalos de margarita, destellos de
Sol y toda la fantasía que permite el fértil vientre de la realidad
cubana, niños del proyecto cultural Príncipe Enano cantan, danzan y
le declaman a esa "otra flor de la Revolución" en cuya mano anida la
centenaria ternura de generaciones.