MANICARAGUA.— La construcción de plantas completas para el
tratamiento de residuales líquidos es la más importante contribución
realizada por el colectivo de la Unidad Básica Estatal (UBE)
Hanabanilla, perteneciente a la Empresa Astilleros del Sur, a la
política del país de sustituir importaciones por producciones
nacionales que resulten eficientes.
La fábrica de botes plásticos, como tradicionalmente se conoce a
la industria manicaragüense, ha creado una docena de esos sistemas
destinados, en lo fundamental, a evacuar los desechos procedentes de
las instalaciones turísticas; ello representa un significativo
ahorro al país, obligado a adquirir la mayoría de estos servicios en
países del mundo desarrollado, según destacó Alberto Gónzález
Olalla, director de la Unidad.
Los colectores creados allí, ganadores de una medalla de oro en
la última Feria Internacional de La Habana, tienen capacidad para
tratar desde 60 hasta 3 000 metros cúbicos diarios de residuales,
algunos de los cuales ya prestan servicios en Topes de Collantes,
Trinidad, Cienfuegos y los hoteles de la cayería norte de Villa
Clara.
Las plantas de desechos procedentes de esta industria tienen
además la ventaja de ahorrar otros recursos como acero inoxidable y
hormigón, al ser construidas a base de resinas plásticas y fibra de
vidrio, por lo que resultan mucho más resistentes a la corrosión que
las adquiridas en el exterior.
Otros productos elaborados allí son los colectores de los
calentadores solares, botes y langosteros plásticos, las cajas para
trasportar alevines y los sedimentadores para las potabilizadoras de
agua, con los cuales también se beneficia la economía.