Aquello de que la afición, a favor o en contra, oficia en un
estadio como un jugador más, es una verdad del tamaño de un templo.
Y para las novatas nuestras ese estímulo de un graderío repleto de
punta a cabo, aun cuando levanta el ánimo, significa compromiso y
presión sicológica fuerte, teniendo en cuenta que la mayoría de
ellas debuta en la arena internacional.
No reacciona igual un veterano hecho y derecho que un bisoño. Las
regulares que defienden a Cuba son inexpertas con condiciones
físicas para brillar en el futuro inmediato. La capitana y pasadora,
Lilianny Marsillán, tiene 16 años de edad, al igual que su par Egli
Sabín. La atacadora auxiliar Wilma Salas cumplió 17 en marzo;
Giselle de la Caridad Silva, central de 1.88 metros de talla, la más
alta del elenco, llegará en octubre a los 17; Yoana Palacio, central
de 17 años, y la líbero Emili Borrell, 16, también integran la
alineación estelar. Solo la auxiliar Dayesi Masó alcanza los 18.
Ella y Silva, son las únicas que ya han jugado con la escuadra que
participará en la cita olímpica de Beijing. Las muchachas del banco,
igualmente nacieron entre 1991 y 1993.
Era esperada la rivalidad entre República Dominicana, Estados
Unidos, Canadá y Cuba, países que atesoran una tradición y
resultados reconocidos. Incluso, Puerto Rico se sumó a la lista
impulsado por el reciente y sostenido auge de este deporte en la
Isla del Encanto. México ha decrecido, mientras Costa Rica y
Trinidad y Tobago quedan a la zaga.
Así las cosas, resultaba en extremo difícil aterrizar en Saltillo
con un plantel que dedicó meses a una intensa preparación en su
centro de entrenamiento en La Habana, pero que no accedió a ningún
tope internacional antes de llegar a esta hospitalaria ciudad del
norte de México, a 1 600 metros sobre el nivel del mar.
De la experiencia de estos tres días iniciales del NORCECA, la
selección nuestra debe asimilar que es preciso, frente a los rivales
débiles como México, salir decidida a atacarla sin piedad, para no
verse en el aprieto de remontar un primer set desfavorable. Igual, o
peor, aconteció ante las boricuas, las dejaron jugar y se les fueron
delante en los dos tiempos de apertura, para después desgastarse en
rebasarlas.
La concentración que va y viene e influye de manera negativa en
el ritmo de las acciones, las faltas lo mismo en la net que al pasar
la bola, por momentos la poca disposición para apoyar detrás del
bloqueo, las fluctuaciones en la calidad del recibo y la nada
aconsejable subestimación del contrario, son elementos por mejorar
en aras de construir un equipo grande.
Veremos cómo les va a las cubanas en el tramo final de la
competencia, que concede dos plazas para el Campeonato Mundial del
2009.