La directora del Ballet Nacional
de Cuba (BNC), Alicia Alonso, subrayó que su visita a Venezuela
tiene un carácter cultural y amistoso, y prevé un reencuentro
agradable con un pueblo entrañable.
En entrevista publicada este martes por el diario El Universal,
la Prima Ballerina Absoluta enfatizó que la unen múltiples lazos
históricos y culturales con el pueblo de este país, donde espera
compartir con muchos viejos amigos.
Sobre todo señaló Alonso- vengo a realizar un trabajo fructífero
con los bailarines venezolanos. Giselle es una bella obra, a la que
le tengo un gran respeto y espero poder ofrecerla en todo su
esplendor.
La excelsa bailarina cubana tiene previsto llegar mañana día 23 a
Caracas, en lo que sería su séptima visita a esta nación
suramericana, donde estuvo por última vez en 1983.
Alonso perfilará en esta capital los últimos detalles de la
puesta en escena de su versión de Giselle, en un montaje que es un
proyecto conjunto del BNC y la compañía de danza clásica del Teatro
Teresa Carreño.
Tras un estudio minucioso de la época y el estilo, la legendaria
intérprete insufló un aire de frescura y modernidad a la coreografía
de Corrali-Perrot, una obra cumbre del romanticismo estrechamente
ligada a su carrera artística.
Alicia Alonso recordó cuando vino por primera vez a Venezuela en
1948. Estábamos llenos de entusiasmo con nuestra flamante compañía
(Ballet Alicia Alonso), y el público nacional no nos defraudó, dijo.
Tengo los mejores recuerdos del coreógrafo y bailarín venezolano
Vicente Nebrada, fallecido en 2002, comentó Alonso.
Fue en una época integrante del Ballet Nacional de Cuba, algo que
él valoraba altamente. Lo considero uno de los grandes coreógrafos
que ha dado América Latina, sostuvo.
Acerca del ballet a supervisar en Caracas, destacó que Giselle
fue muy importante para ella. Lo bailé por primera vez en el antiguo
Metropolitan Opera House de Nueva York en 1943, apuntó.
Fue un gran reto agregó-, pues lo hice en sustitución de Alicia
Márkova, que era una estrella establecida, muy elogiada en ese
ballet, y yo era muy joven, y apenas me había recuperado de una
operación de los ojos.
Alonso narró que al inicio de su carrera en Estados Unidos,
cuando comenzó a destacar como bailarina clásica e intérprete de los
grandes ballets tradicionales, tuvo que enfrentar prejuicios por ser
latinoamericana.
Hasta tal punto, que por motivos de promoción e imagen, trataron
de cambiarme el nombre por uno ruso o sajón, ejemplificó.
Más adelante, la directora del BNC manifestó que enfrenta la fama
con sencillez y agradecimiento. Tiene sus inconvenientes y sus
momentos conmovedores, acotó.