Los reclusos de una de las mayores
prisiones de la ciudad estadounidense de Chicago soportan a diario
deficiencias en la atención médica y golpes de los guardias, revela
hoy una investigación del departamento de Justicia.
El estudio, difundido por el diario The New York Times, indica
que los edificios del centro penitenciario del condado Cook están en
condiciones ruinosas por la edad avanzada de las instalaciones y la
apatía de las autoridades por reparar sus grietas.
Los investigadores apuntaron problemas de vigilancia, presencia
de armas en las celdas, maltrato a los presos, deficiencias en los
servicios estomatológicos y psiquiátricos, riesgos innecesarios por
fallas en el sistema eléctrico e hidráulico y escasa ventilación.
Entre las docenas de violaciones descubiertas, el Times describe
que un recluso perdió una pierna en agosto de 2006 porque fue
necesario amputársela después de contraer una infección debido a un
mal procedimiento de los médicos.
Otras historias reflejadas por el rotativo incluyen negligencias
del personal sanitario, como personas que no recibieron sus
medicamentos a pesar de sufrir trastornos mentales y otros a quienes
se les aplicaron narcóticos sin necesidad.
Además, encontraron casos de palizas propinadas por los
funcionarios hasta hospitalizar a los reos como parte de una cultura
del abuso, así como un número excesivo de riñas con armas blancas
entre la población penal.
El director del centro, Thomas Dart, aceptó trabajar por mejorar
las condiciones de la instalación, pero negó las imputaciones más
graves y culpó a los autores del estudio de realizar sus
conclusiones sobre la base de anécdotas y falsos rumores.
La cárcel, que una vez retuvo al mafioso al Capone, mantiene tras
las rejas en estos momentos a unas nueve mil 800 personas entre
hombres y mujeres, la mayoría de ellas en espera de juicio, refiere
el diario.