Era
el 21 de marzo de 1806. Benito Juárez, de origen indígena, nacía en
el pueblo de San Pablo Guelatao, en el estado mexicano de Oaxaca.
Posteriormente, ingresaría en el Seminario de la Santa Cruz, para
luego inscribirse en el Instituto de Ciencias y Artes, donde se hizo
abogado.
Fue diputado local, federal, y llegó a convertirse en gobernador
de Oaxaca. En 1853, su signo liberal le había ganado el rechazo de
la dictadura de Antonio López de Santa Anna, y tuvo que abandonar el
país.
Derrocado Santa Anna, a Juárez se le nombró Ministro de Justicia.
Bajo este cargo elaboró la legislación que llevó su nombre,
considerada la primera de las Leyes de la Reforma. Esta normativa,
junto a la llamada Ley de Desamortizaciones de Bienes del Clero y de
Corporaciones, fue incorporada a la Constitución de 1857. Era
Presidente de la Suprema Corte de Justicia cuando, por mandato
constitucional, asumió la administración del gobierno. Después
lideró a los liberales en la guerra que sacudió al país, y durante
la cual dictó una serie de decretos que constituyeron la segunda
etapa de las Leyes de la Reforma: nacionalización de bienes del
clero y separación de la Iglesia y el Estado, entre otros.
Juárez triunfaba hacia adentro, pero algunas potencias europeas
no estaban conformes. Francia enviaba sus fuerzas al otro lado del
Atlántico y fracasaba después en su aspiración de imponerse a
México.
Las ideas de Benito Juárez, recogidas en frases como "El respeto
al derecho ajeno es la paz", adquieren mayor relevancia por estos
días. "El primer gobernante de una sociedad no debe tener más
bandera que la ley; la felicidad común debe ser su norte, e iguales
los hombres ante su presencia, como lo son ante la ley", había
dicho. Benemérito de las Américas, defensor de las instituciones
republicanas y bandera de paz, justicia e igualdad del pueblo
mexicano, gobernó hasta su muerte, el 18 de julio de 1872.