WASHINGTON.—
Los planes del presidente George W. Bush de abrir las costas de
Estados Unidos a la exploración petrolera enfrentan hoy a la Casa
Blanca y a sectores del Congreso y divide en general a la clase
política norteamericana.
Con el argumento de aumentar la producción nacional de
hidrocarburos en medio de los altos precios internacionales, el
mandatario intenta convencer a la opinión pública y al Capitolio,
reacios a tal iniciativa.
Bush, con históricos lazos con las compañías petroleras, ha
intentado sin éxito en sus casi ocho años de gobierno de abrir a la
prospección petrolera varios parques naturales, en especial los de
Alaska.
Como parte de sus proyectos, acaba de autorizar la búsqueda de
crudo en las costas del país, con lo cual puso fin a una orden
ejecutiva firmada en 1990 por su padre, el entonces presidente
George Bush.
Decidí terminar con la prohibición ejecutiva en la exploración
petrolera en la Plataforma Continental Exterior, comentó en una
declaración.
Sin embargo, el decreto de Bush es considerado simbólico y más
bien busca presionar a los legisladores demócratas porque la última
decisión al respecto está en manos del Congreso.
En 1981 el Capitolio prohibió a los Estados de la Unión autorizar
la exploración y prospección de gas y petróleo en la plataforma
marítima.
El candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, criticó
este lunes la acción de Bush al considerar el plan "parte de una
fallida política energética".
Los congresistas opositores argumentan que ya las compañías
petroleras cuentan con extensas áreas sin explorar como para
otorgarles más terrenos y alertan sobre las consecuencias
medioambientales de esa medida.
Según la representante Hilda Solís, las empresas del sector
tienen acceso a cerca de 30 millones de hectáreas vírgenes en EE.UU.
Decimos no a la perforación marítima en Florida. Es innegable el
riesgo que implica para nuestros recursos turísticos y naturales,
declaró el presidente del Partido Demócrata en Miami, Bret Berlin.
Incluso entre las filas republicanas se escuchan voces
discordantes con las políticas de la Oficina Oval, entre ellas la
del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.
No obstante, además de las firmas del sector, Bush encuentra
aliados entre otros políticos como el candidato republicano a la
máxima magistratura del país, John McCain, y el gobernador de
Florida, Charlie Crist.
Los debates en la opinión pública llegan desde diferentes
posiciones, unos defienden el medio ambiente y otros la industria
turística, mientras la Casa Blanca insiste en nuevas perforaciones
como supuesto remedio para los altos precios de la gasolina, señaló
por su parte el diario USA Today.
Las pretensiones de la sede ejecutiva fueron rebatidas por el
propio Departamento de Energía, la cual señaló que extender la
explotación de ese recurso a Alaska, las Montañas Rocosas y la
Plataforma Continental Externa tendría un impacto insignificante en
la producción del crudo en los próximos 20 años. (PL)