El sucu suco es Mongo Rives

Omar Vázquez
omar.vc@granma.cip.cu

Ramón (Mongo) Rives decidió hace más de seis décadas que merecía la pena dedicarse a la música con que había crecido. Y parece que insiste en su afán. ¡Esto es Sucu Suco! (Bis Music), su último disco, junto a la difusión de otras obras de su autoría, confirman el acierto de su entrega.

Foto: ROBERTO BELLOMongo Rives, el llamado Rey del sucu suco.

El fonograma, producido por Tony Pinelli y Gloria Ochoa, registra una manera viva de entender el género que identifica musicalmente la tradición de la antes llamada Isla de Pinos, hoy rebautizada como Isla de la Juventud.

Entre los temas de mayor pegada se encuentran Yo quiero bailar con María Elena, y Santa Fe, pueblo querido.

Lo que en un inicio se conoció con el nombre de rumba, rumbita y cotunto, adquirió el nombre de sucu suco hacia los años veinte del siglo pasado, en atención al rallado de la bandurria y el arrastre de los pies sobre las tarimas de madera en los bohíos y conucos donde se celebraban las fiestas campesinas. A fin de cuentas es una variante local del son.

La abuela de Mongo, una recia mujer llamada Bruna, se cuenta entre las pioneras en el desarrollo del género.

Quienes han estudiado su coreografía señalan que de acuerdo con la tradición se baila en grupos de pareja enlazada, con un brazo del hombre en la espalda de la compañera y el otro extendido y enlazado con el de ella; pero que no es de buen ver que se muevan hombros ni caderas. El barrido de los pies es decisivo en el marcaje del ritmo.

Mongo acaba de protagonizar un elogiado mano a mano con Eliades Ochoa, en el Salón Rosado Benny Moré, de La Tropical, ocasión que aprovechamos para conversar con este carismático laudista y cantante.

¿Qué valoración le merece el disco? ¿Fue muy complicado hacerlo?

"Estas grabaciones pienso que reflejan de una manera bastante fiel el trabajo que estamos desarrollando en la actualidad para que el sucu suco no sea solamente un asunto folclórico sino una música que tenga que ver con el día a día de los pineros y, si fuera posible, de todos los cubanos. En este empeño fue importante contar con el apoyo de Gloria Ochoa y la dedicación de Tony Pinelli, porque como músico entiende muy bien nuestra obra. Nos gustó mucho grabar en los Estudios Eusebio Delfín, de Cienfuegos, donde se logra un magnífico estado de ánimo. Quisiera que el disco se escuchara más en Cuba, pues por noticias que me llegan ha recibido una buena aceptación en el exterior. Espero que Tony nos siga apoyando".

¿Cómo valora usted que obras suyas se estén escuchando a nivel internacional?

"Es lo mejor que me podía pasar y me hace sentir honrado. Debo aclarar que uno no trabaja para trascender, sino para servir a quienes te rodean, pero si lo que tú haces llega a representar a la música cubana más allá de nuestra tierra, puedes sentir una satisfacción más grande todavía".

¿Cómo se lleva el sucu suco con otras variantes del son?

"De lo mejor. Cada sonero tiene su estilo y responde a lo que tiene detrás de sí. Lo que nos une es el amor a la música cubana más auténtica. Usted mismo lo ha visto: entre Eliades Ochoa y Mongo Rives no hay competencia. Al contrario, los músicos salimos ganando y el público también".

¿Tiene futuro el sucu suco?

"¡Cómo no! Cuando la juventud lo escucha, se queda prendada y lo baila".

¿Se ve usted como parte de ese futuro?

"Por supuesto. Por eso me ven afilando a los jóvenes que tengo en el Septeto Pinero para que puedan seguir promoviendo lo mejor de nuestras raíces".

¿Entonces considera que sigue siendo el Rey del sucu suco?

"Sí. Hasta la muerte. Porque sin vivir ajeno al contexto musical actual, sigo fiel a los valores de un género que he defendido tanto".

 

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