La
negativa de Karl Rove de presentarse a testificar frente al
subcomité de Justicia del Parlamento —si los demócratas se deciden—
podría originar una orden judicial y llevarlo a la cárcel.
Conocido como el niño prodigio,"el cerebro de Bush, el Presidente
defacto, o el arquitecto" (como su jefe solía llamarlo), renunció a
la Casa Blanca en agosto del 2007. Sin embargo, su presencia aún se
siente en los pasillos de los tribunales de Washington.
El hombre que llevó a Bush al gobierno del Estado de Texas y al
triunfo de sus dos periodos presidenciales, está acusado —entre
otros crímenes— de influenciar la decisión de fiscales del gobierno
de Bush para enjuiciar a demócratas en cargos públicos, incluido Don
Siegelman, ex gobernador demócrata del Estado de Alabama. Cuando fue
llamado en mayo para comparecer sobre estos casos Rove también se
negó a hacerlo.
Siegelman fue condenado el año pasado a siete años de prisión por
aceptar y ocultar la entrega de dineros para su campaña y para
comenzar un juego de lotería estatal. Fue liberado en marzo de este
año cuando su apelación fue aceptada. Siegelman ha dicho que los
cargos fueron una movida política por parte de "operativos
republicanos".
La Casa Blanca ha insistido en lo que llaman "privilegios de la
presidencia" para condonar el desacato de variados funcionarios del
régimen a comparecer públicamente frente al Parlamento. Rove ha
dicho que testificaría pero bajos sus condiciones: en privado, sin
toma de notas ni juramento.
No es la primera vez que el desafiante tejano desacata una orden
de comparecencia congresional. También se escapó de declarar en el
caso del uso indebido de la Casa Blanca de cuentas de correo
electrónico en asuntos del Comité Nacional del Partido Republicano.
Además, el Comité de Supervisión de la Cámara Baja, The House
Oversight Committee, se encuentra investigando si Rove infringió
la Ley Hatch que prohíbe a empleados del gobierno usar
recursos federales para acciones políticas.
Después de esta nueva negativa las cosas le podrían resultar
diferentes a Rove —dicen los optimistas—, el Comité de Justicia del
Parlamento tendría los fundamentos para aplicar cargos de
desobediencia y enviar a Rove a la cárcel.
(Tomado de Rebelión)