Para corroborarlo bastaría afirmar que el melanoma (la forma más
temida del cáncer de piel) se considera hoy, después del cáncer de
pulmón en la mujer, la neoplasia maligna con mayor incremento a
nivel mundial.
Es importante saber que los efectos del Sol son acumulativos.
Aproximadamente el 80% del daño solar se produce en las personas
antes de cumplir los 18 años de edad. De ahí la importancia de que
las familias conozcan los beneficios y, asimismo, los efectos
perjudiciales que origina esa "estrella luminosa" del sistema
planetario, y, como parte de nuestro cotidiano vivir, cuidemos a
niños y adolescentes, y a nosotros mismos, de los rayos solares como
lo hacemos de la lluvia.
¿Qué padre o madre, en un día lluvioso, deja salir a un hijo de
su casa sin la recomendación expresa de que lleve una sombrilla, un
impermeable, o simplemente un nailon con qué protegerse? Similares
acciones, con el uso de paraguas, pamelas, gorras, sombreros y
viseras, espejuelos oscuros, habría que convertirlas en hábito para
resguardarse del Sol, sobre todo en las horas comprendidas entre las
10 de la mañana y las 4 de la tarde.
Si de estos días veraniegos hablamos (y es un decir porque Cuba
es un eterno verano), cuando nos volcamos literalmente a nuestras
hermosas playas, los cuidados de la piel se convierten entonces en
ineludible imperativo. Es esencial recordar que el simple bronceado,
que no es por cierto sinónimo de salud, es una "respuesta
desesperada" de la piel para intentar protegerse a sí misma de las
radiaciones solares.
Junto a la necesaria divulgación y el llamado a la
autorresponsabilidad con nuestra salud, las autoridades sanitarias
desarrollan, con el auxilio de un grupo multidisciplinario de
especialistas, un proyecto nacional para la Atención de Menores con
Daño Actínico (de la luz solar) Crónico. Se han diagnosticado hasta
el momento 157 niños y jóvenes que presentan alteraciones de la piel
como consecuencia de una exposición no controlada al Sol.
La doctora Pilar Acuña Aguilarte, especialista en Dermatología y
Medicina General Integral, miembro del Grupo Nacional de
Puericultura, es la jefa de ese proyecto, que tiene entre sus
objetivos contribuir a la elevación del saber en salud de nuestros
ciudadanos en lo que denominan fotoeducación, que no es más
que el proceso de enseñanza y aprendizaje encaminado al conocimiento
de los efectos beneficiosos y perjudiciales de las radiaciones
solares sobre el organismo humano, y de formación y desarrollo de
hábitos que favorezcan el cuidado de nuestra piel.
Debemos saber
— Signos que alertan la posibilidad de un
cáncer de piel: una llaga que no cicatriza, crecimiento escamoso o
costra en la piel que no cura, lunar que se modifica rápidamente,
sangra u origina picazón.
— Beneficios de las radiaciones solares: modulan las reacciones
enzimáticas que se producen en el organismo, activan mecanismos
antinflamatorios, destruyen agentes patógenos (que originan
enfermedades), contribuyen a la síntesis de la vitamina D necesaria
para el desarrollo óseo, y es por ello que al recién nacido se le
indican exposiciones dosificadas a la luz solar.
— Efectos perjudiciales: incrementan la formación de cáncer de
piel, alteran la respuesta del sistema de defensa del organismo,
producen envejecimiento prematuro y trastornos de los pigmentos de
la piel. También las radiaciones solares son causa de la aparición
de cataratas y otras afecciones oculares.
— El uso de protectores solares no comporta que el niño o el
adolescente puedan aumentar de forma descontrolada el tiempo total
de exposición al Sol. Esta debe realizarse de forma lógica y
progresiva, teniendo en cuenta su tipo o fototipo cutáneo, y evitar
las exposiciones prolongadas entre las 10 de la mañana y las cuatro
de la tarde.
— Existen seis fototipos de piel. Tipo uno: personas que, al
exponerse al Sol, se queman y nunca se broncean. Son de piel muy
blanca y ojos muy claros. Dos: Generalmente se queman y a veces se
broncean. Rubios y pelirrojos con la piel clara. Tres: A veces se
queman y siempre se broncean. Pelo castaño y piel clara. Cuatro:
Nunca se queman y siempre se broncean. Trigueños. Cinco: No se
queman nunca y el bronceado es muy intenso. Mestizos. Seis: No se
queman nunca y la pigmentación constitucional se hace más intensa
(raza negra).
— Todos los tipos de piel deben ser protegidos con productos
antisolares. Se pueden utilizar protectores de producción nacional
derivados de la placenta humana. Forma de aplicación: 30 minutos
antes de salir de casa, sin excluir días nublados. Frotar y extender
bien sobre todas las áreas corporales expuestas, especialmente la
cara, donde se hará énfasis en la nariz, los labios y las orejas,
pero no en los párpados. Los ojos deben protegerse con espejuelos
oscuros. Los protectores se renovarán cada dos horas cuando, por
motivos excepcionales, permanezcamos durante largo tiempo expuestos
a la acción directa de las radiaciones ultravioletas.
— Los especialistas en Dermatología no recomiendan en la
actualidad el empleo de bronceadores, porque origina un aumento en
la recepción de las radiaciones.
— Remedios "caseros" luego de una exposición prolongada al Sol:
aplicar fomentos frescos de manzanilla. También se puede añadir una
cucharada sopera de vinagre a un litro de agua para emplearla como
compresas sobre las áreas enrojecidas. No debe aplicarse jabón.
— Evite los excesos en las exposiciones al Sol.