Aviones norteamericanos
bombardearon la localidad paquistaní de Angoor Ada, con saldo de 11
personas heridas y daños materiales, reporta hoy aquí el diario The
News.
En el ataque de anoche contra ese pueblo cercano a Wana, capital
de la comarca de Waziristan del Sur en el Área Tribal de
Administración Federal (FATA) resultaron heridos nueve militares y
dos civiles, precisa la información.
La acción coincide con la visita este viernes a Washington del
canciller Mahmoud Qureshi, quien tiene previsto encuentros con la
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y otros funcionarios de alto
rango, destinados a mejorar las relaciones bilaterales.
De acuerdo con la agencia oficial Prensa Asociada de Paquistán (APP),
Qureshi sostendrá reuniones también con el consejero de seguridad
nacional Stephen Hadley y el subsecretario de Estado John Negroponte.
La estancia de Qureshi en Washington ocurre dos semanas antes de
la visita a Estados Unidos del primer ministro paquistaní, Yousuf
Raza Gillani, quien dialogará con el presidente George W. Bush sobre
los nexos entre los dos países.
Antes de llegar a la capital norteamericana Qureshi estuvo en la
sede de la ONU, donde reiteró al Consejo de Seguridad el compromiso
de Islamabad de combatir el terrorismo, pero reiteró que no
permitirá a fuerzas extranjeras usar su territorio contra otros
países, ni operar en él.
No obstante, se mostró partidario de articular una más efectiva
cooperación y equiparar las medidas militares en ambos lados de la
frontera (con Afganistán) para asegurar un mayor éxito en contener"
a la insurgencia.
Para lograr esa cooperación operacional, sugirió que Afganistán
incremente su despliegue militar y el número de puestos de control
en su lado de la frontera.
Qureshi estimó necesario que Kabul equipare la presencia militar
de Paquistán de 100 mil soldados y mil 200 puestos de control,
intercambie información de inteligencia y tenga precaución en el
empleo de la artillería y los ataques aéreos.
También solicitó más equipos de lucha contrainsurgente, se
refuerce el chequeo de las 40 mil personas que cruzan legalmente la
frontera y trasladar los campos de refugiados afganos próximos a la
línea fronteriza a sitios controlados en la vecina nación.