Los presidentes de Venezuela,
Hugo Chávez y de Colombia, Álvaro Uribe, se reúnen hoy en el estado
venezolano de Falcón con la vista puesta en un acercamiento que
normalice las relaciones bilaterales luego de meses de
desencuentros.
Aunque se adelanta una amplia agenda, el contacto personal de los
dos mandatarios adquiere una importancia particular por constituir
un intento de aproximación luego de fuertes intercambios de palabras
a raíz del ataque armado colombiano a territorio ecuatoriano, que
Chávez consideró violación de la soberanía de un país hermano.
El presidente venezolano acusó a Uribe de actuar en contubernio
con Estados Unidos y a espaldas de Latinoamérica y a su vez el
mandatario venezolano fue acusado de apoyar a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC).
El encuentro de Falcón, en un centro de refinación de petróleo,
debe sustituir el intercambio de palabras por acuerdos de
cooperación y entendimiento, aunque las diferencias políticas e
ideológicas de los dos gobiernos persistan.
Según adelantos, Uribe viene con la idea de lograr un acuerdo
para un ferrocarril trans-fronterizo y analizar la posible
incorporación de su país a la explotación de la Faja Petrolera del
Orinoco, como ha propuesto Chávez en el pasado.
Asuntos de seguridad de una frontera común de más de dos mil 200
kilómetros, reactivación de los mecanismos binacionales de
cooperación, inversiones y otros temas se mencionan por fuentes
allegadas a las conversaciones que recuerdan la existencia de un
comercio superior a los cinco mil millones de dólares anuales.
El intento conciliador tiene también matices, con manifestaciones
de repudio a Uribe convocadas por varias organizaciones de
izquierda, entre ellas el Partido Comunista de Venezuela, cuya
posición en este tema fue criticada por el presidente Chávez.
Al respecto la presidenta de la Asamblea Nacional venezolana,
Cilia Flores, aseguró que en el pasado hubo diferencias, las hay
ahora y las seguirá habiendo, pero es importante para dos vecinos
hacer un esfuerzo por mantener y estrechar las relaciones.
Por su parte, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, al
explicar los objetivos de su gobierno indicó que se trata de un
encuentro político en el cual debe prevalecer una agenda de paz y
cooperación para normalizar los vínculos, como desea Chávez.
Para ello los mandatarios deberán realizar esfuerzos importantes
en un contexto de grandes posibilidades de colaboración, pero
también de elementos acumulados convertidos en obstáculos, el
principal de los cuales es la diferente posición política en temas
claves como el papel de Estados Unidos y la integración regional.