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La cuarta flota, ¿una reacción tardía?
GUILLERMO RODRÍGUEZ DEL POZO (*)
La
potencia hegemónica global, en su afán de controlar el mundo, ha
organizado el mando de sus Fuerzas Armadas en Comandos Unificados
con sus componentes de Ejército, Fuerza Aérea, Cuerpo de
Infantería de Marina, Marina de Guerra, Fuerzas de Operaciones
Especiales, etc., que tienen a su cargo, cada uno, un Área de
Responsabilidad. A la América Central, el Caribe y América del Sur
les corresponde el Comando Meridional.
La Marina de Guerra de Estados Unidos es uno de los Servicios
Armados que integran sus Fuerzas Armadas y, de acuerdo con las
funciones administrativas, sus buques, aviones y otros medios se
agrupan en Flotas que constituyen el componente naval de los
Comandos Unificados. Las Flotas se clasifican de la forma siguiente:
Flotas operativas: existen dos, la Flota del Atlántico
(denominada desde el 2006 como Comando de las Fuerzas de Flota de
los Estados Unidos) y la Flota del Pacífico, a las cuales se asignan
de forma más o menos equitativa los buques.
Flotas numeradas: en cada Flota Operativa existen dos o tres
flotas numeradas, a las cuales se les asignan los buques, de acuerdo
con sus misiones (esta organización también tiene carácter
operacional) y la región donde operan; a la Flota del Atlántico
pertenecen la Segunda y la Sexta Flotas (esta última actúa
fundamentalmente en el Mar Mediterráneo, y es el componente naval
del Comando de Europa); a la Flota del Pacífico pertenecen las
Tercera, Quinta (activada en 1997) y Séptima Flotas.
Según un comunicado del Pentágono del mes de abril, a partir del
día primero de julio queda reactivada la Cuarta Flota de la Marina
de Guerra de Estados Unidos (desactivada en 1950), con la misión
declarada de llevar a cabo "operaciones de Seguridad Marítima en la
región, en apoyo a los objetivos de EE.UU. y a las actividades de
cooperación y de seguridad para promover la estabilidad y disuadir
la agresión conjuntamente con los restantes componentes del Comando
Meridional y fuerzas aliadas; promover la paz, estabilidad y
prosperidad en el Área de Responsabilidad del Comando".
Muchas son las interpretaciones y conjeturas que han hecho
políticos y analistas acerca de este sorpresivo hecho: algunos, los
más ingenuos, plantean que es algo intrascendente solo para que los
pueblos y gobiernos de la región piensen que los "benefactores y
salvaguardas del mundo" no los olvidan, pero no pasa de ahí. Otros,
consideran que es un simple acto de demostración de su poder militar
para neutralizar los impulsos esperanzadores de los pueblos más
oprimidos.
En nuestra opinión, la reactivación de la Cuarta Flota tiene un
importante significado: es una reacción tardía del gobierno de
EE.UU. ante el avance indetenible de las ideas revolucionarias de
los pueblos latinoamericanos y caribeños cansados y, sobre todo,
conscientes, de la explotación a la que los ha sometido un orden
internacional injusto y criminal. Es la expresión de la prepotencia
imperial que se resiste a su desaparición y están dispuestos a
emplear la fuerza militar para evitarla.
Debe tenerse en cuenta que la Flota constituye una agrupación de
fuerzas de carácter eminentemente ofensivo, que cuenta con los
medios que le permiten ocupar y controlar un área marítima adyacente
a las costas de cualquier país y, desde ella, asestar potentes
golpes aéreos y coheteriles sobre objetivos ubicados en su
territorio; realizar desembarcos de tropas y apoyarlas en su avance.
Es evidente que en América Latina, en los últimos años, se lleva
a cabo un proceso de concientización de las masas, que ha ido en
escalonado progreso, y han surgido dirigentes izquierdistas, en unos
casos, y progresistas en otros, con una tendencia a la unidad e
integración, que dio ya algunos frutos.
Por otro lado, la administración Bush, empantanada en su "guerra
contra el terrorismo" en Iraq y Afganistán y sus intenciones de
dominar el Gran Oriente Medio, amenazando a Irán y a Siria, a lo que
se suma sus aventuras en el intento de crear un sistema de defensa
antimisiles en Europa contra la Federación de Rusia y una profunda
crisis económica en su país, que es ya global, ha desatendido su
"patio trasero".
Pero hay algo más, en este "patio trasero" han aparecido grandes
reservas de hidrocarburos: petróleo y gas, cuando el insaciable
consumo de las naciones poderosas y el agotamiento a corto plazo de
las fuentes y la especulación, han elevado los precios a niveles
inimaginables, generándose una crisis energética; se ha incrementado
el precio de los alimentos, cuando la humanidad está enfrentando una
crisis alimentaria; existe la mayor riqueza en diversidad biológica
del mundo en la Amazonía, cuando el cambio climático y la tala
indiscriminada de bosques originan una verdadera crisis ecológica
global.
La Cuarta Flota no cuenta con una plantilla o estructura
establecida, se integraría con buques traídos de la Flota del
Atlántico con la posible composición de: un Grupo de Batalla de
Portaaviones, constituido por un portaaviones nuclear tipo Nimitz,
así como algunos buques de superficie y submarinos destinados para
su escolta; dos buques de asalto, cada uno con 1 870 infantes de
marina, cinco cazabombarderos AV-8 Harrier, 42 helicópteros de
transporte de tropas Sea Knight, seis helicópteros antisubmarinos SH-60B
y tres lanchas de desembarco sobre colchón de aire; además, varios
destructores, fragatas, submarinos y buques de aseguramiento
logístico.
Llama la atención que ha sido designado como jefe de esta Flota
el Contralmirante Joseph Kerman, con una larga historia como miembro
de SEAL (Fuerzas de Operaciones Especiales Navales), y que hasta
este momento era jefe del Comando de Guerra Especial Naval, que es
el componente naval del Comando de Operaciones Especiales de los
Estados Unidos. Un militar con esta experiencia no es el más
indicado para dirigir tareas de cooperación en acciones
humanitarias, como salvamento en caso de desastres, atención médica
a damnificados o la lucha contra el narcotráfico.
Por otra parte, el Contralmirante James W. Stevenson, jefe de la
Marina del Comando Sur de EE.UU., dijo recientemente que "sus naves
llegarán hasta el tremendo sistema de ríos en Sudamérica, navegando
en las aguas marrones más que en las tradicionales aguas azules".
Estas palabras tienen sabor a intervención. No debe olvidarse que en
América del Sur existen grandes ríos navegables como el Magdalena,
Orinoco, Amazonas, La Plata, que permiten penetrar profundamente
hasta regiones estratégicas y ricas en recursos naturales del sureño
continente.
(*) General de División (R). Doctor en Ciencias Militares.
Presidente del Centro de Estudios de Información de la Defensa. |