El funcionamiento de más de 30 instituciones de la salud en el
municipio Bolivia de la provincia cubana de Ciego de Ávila, uno de
los más olvidados en Cuba antes de 1959, confirma la validez del
Programa del Moncada.
Tales servicios son reflejo del mejoramiento del nivel de vida
para los más de 16 mil 400 habitantes de la localidad, pues hace
medio siglo sus enfermos tenían que ir a la ciudad de Morón o al
pueblo de Esmeralda, a 36 kilómetros de distancia, para poder
atenderse.
La situación era tan precaria que solo había un médico —con
consulta particular— y un boticario, y el traslado hacia otros
lugares era por ferrocarril, a caballo o en carretones.
Pero el legado del Moncada, multiplicado en infinitas
realizaciones, propicia hoy la existencia de medio centenar de
galenos, además de técnicos y personal auxiliar.
En la zona conocida antiguamente por Cunagua radica hoy un nuevo
policlínico docente y universitario que ofrece 25 especialidades, un
hogar de ancianos y otro materno, centro óptico y clínica dental.
Hace cinco decenios la mortalidad infantil rondaba allí los 60
por mil nacidos vivo, cifra espeluznante, que contrasta con los 40
meses seguidos que tuvo ese municipio sin el fallecimiento de un
bebé.
En opinión de Héctor Barrios, director municipal de Salud, el
trabajo multisectorial es la clave de los resultados.
Bolivia, destacó, figura entre los más avanzados en el trabajo de
higiene, debido a la estabilidad y experiencia de los hombres y
mujeres dedicados a la lucha contra vectores, razón por la cual
jamás ha registrado un caso de dengue.
Como parte de las tareas por al aniversario 55 del Moncada, sus
pobladores acometen nuevas obras económicas y sociales que
continuarán afianzando la prosperidad en la región