Malasia llamó hoy ante el Grupo de
Países Islámicos en Desarrollo (D-8) a detener el uso de tierras
fértiles en la producción de biocombustibles porque conduce al
empeoramiento de la escasez de alimentos.
Al inaugurar la Sexta Cumbre del D-8 en esta capital, el primer
ministro malasio, Abdullah Ahmad Badawi, afirmó que la conversión de
terrenos cultivables está profundizando la falta de alimentos y
catapultando sus precios.
Badawi señaló que el mundo no debe permitir que el celo por la
seguridad energética entre en conflicto directo con la necesidad
básica de producir para la alimentación.
Tras expresar profunda preocupación por el espiral de los precios
de la comida y el disparo del costo de los combustibles que azota a
la comunidad internacional, reiteró que Malasia llama a adoptar
medidas que paren la especulación y enfríen los valores en el
mercado del petróleo y sus derivados.
Al señalar la gravedad del problema para los pobres, el jefe de
gobierno recordó que representan la mayor parte de la población
mundial.
Observó, además, que se trata de un fenómeno que ocurre en medio
de un amago de recesión económica e instó a los países miembros del
D-8 a tomar medidas audaces para garantizar el bienestar futuro de
sus economías y poblaciones.
En su discurso, titulado Enfrentando los retos globales con una
cooperación innovadora, Ahmad Badawi resaltó la imperante necesidad
de buscar métodos apropiados para crear o producir energías
alternativas.
Los estados integrantes del D-8 son Irán, Indonesia, Pakistan,
Bangladesh, Egipto, Nigeria, Turquía y el anfitrión de la cumbre,
que sesionará hoy y mañana en Kuala Lumpur.
Se espera que la Cumbre refrende en una declaración final y el
plan de cooperación económica del grupo para la década 2008-2018.
El D-8 fue creado en 1997 por ocho naciones miembros de la
Organización de la Conferencia Islámica que comparten similitudes en
desarrollo y población, animados por avanzar por la vía de la
cooperación económica.