El libro Fidel Periodista fue presentado hoy en el VIII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), como una iniciativa que recoge parte de la labor del líder histórico de la Revolución y el papel que este le confiere a la propaganda y la información.

Es un regalo a Fidel en nombre de sus colegas periodistas, afirmó Gustavo Robreño, en la presentación del título a los más de 300 participantes en el foro, entre delegados e invitados, en el Palacio de Convenciones.

Mezcla de reflexiones, anécdotas y memoria histórica, esta es una obra que presenta una selección de los textos publicados por quien concibió, organizó y lideró la última etapa del proceso liberador cubano.

El primero de estos es el que presentó el periódico Alerta el 28 de enero de 1952, e incluye otros hasta el número de 25, que salieron hasta el año 1958, al igual que cuatro entrevistas a él realizadas en ese período.

Esa parte está precedida de una introducción de Ana Núñez Machín, que brinda información sobre la etapa y circunstancias de la elaboración de estos trabajos.

Fruto del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en la segunda parte del libro se recogen testimonios, relatos y vivencias de personas que compartieron estos momentos al lado de Fidel, como Marta Rojas, Katiuska Blanco, Ernesto Vera, Tubal Páez y Juan Marrero.

Robreño destacó que a la Revolución Cubana le tocó en suerte un líder que interpreta el papel de la propaganda y la información como piedra angular y base de la labor revolucionaria.

Se refirió a uno de los pensamientos de Fidel, de que la Revolución es hija de la cultura y las ideas, y sentenció que el periodismo es un ejercicio intelectual por excelencia para transmitirlas.

El periodismo de Fidel es un instrumento para denunciar y combatir, desentrañar patrañas y esclarecer ideas, -destacó- por eso el pueblo le cree y los enemigos le temen.

Denunciar, explicar, razonar son constantes en estos textos, junto con la claridad de pensamiento y redacción y lenguaje terso en las formas de presentación, concluyó.

El libro es también un homenaje a Guillermo Cabrera Álvarez, destacado periodista cubano ya fallecido, impulsor del proyecto y quien redactó el prólogo.