El informe central leído por Tubal Páez, presidente de la Unión
de Periodistas de Cuba, durante el VIII Congreso de la organización,
señala que la participación en la confección, implementación y
evaluación de la política informativa, es la base del desempeño de
los periodistas, pues las tareas asignadas no pueden asumirse nunca
sin la convicción de su utilidad y objetivos.
Afirma el documento que en la etapa transcurrida desde el
anterior Congreso, la puesta en práctica de una política para el
mejor desenvolvimiento de la prensa revolucionaria ha enfrentado
obstáculos e incomprensiones que la más alta dirección del Partido
ha llamado a erradicar o rectificar.
A pesar de la definición de esa política en diversos documentos,
subraya el informe, no se exige lo suficiente para que se pueda
realizar un ejercicio cabal del periodismo. Como toda política, por
supuesto, es dialéctica y debe expresarse a plazos más o menos
largos o adaptarse a determinadas coyunturas; pero dejar entre
renglones o ignorar el compromiso de las partes conduce siempre a
consecuencias negativas.
No pocos miembros alertaron, en el proceso de base, sobre la
falta de dominio por parte de directivos de la prensa y los
periodistas de los instrumentos que, con fuerza legal ética o
política, respaldan su trabajo. Este desconocimiento, indica, no
ayuda a eliminar obstáculos y actitudes de subestimación, trato
inadecuado a periodistas y otras señales preocupantes.
Destaca que esa mirada hacia adentro hizo aflorar también la
necesidad de erradicar en nuestros medios manifestaciones de rutina,
facilismo, mediocridad, pobreza en el lenguaje, ausencia de
reflexión y debate, carencia de gracia y agudeza, y falta de rigor
en el manejo de los datos. Esto, se precisa, alimenta tendencias
negativas en las fuentes como reclamar el derecho a revisiones
previas, incidir en los contenidos y abusar de las notas de prensa
que uniforman los mensajes.
También fueron señaladas por los colegas deficiencias que está en
nosotros resolver, como la persistencia de loas, apología y
triunfalismo, la crítica superficial o sin investigación previa, la
no comprobación con más de una fuente y la falta de análisis que
ayuden a entender la compleja realidad de los procesos y conflictos
actuales.
Insiste el documento en hacer valer el principio de que la
política informativa la decide el Partido, y en cada medio de prensa
su director es el responsable de su ejecución y está en sus manos la
decisión final y la responsabilidad de lo que se publica.
Se
destaca la necesidad de que cada medida importante o decisión de
interés público, en cualquier nivel, debe estar acompañada por un
diseño de comunicación que incluya a la prensa. De lo contrario esta
pierde credibilidad en un pueblo que, acostumbrado a recibir
información sobre los asuntos que le conciernen, tratará de
obtenerla por otras vías.
Advierte el documento que Cuba ha dejado de ser una isla en un
orden informativo porque está insertada en una dinámica globalizada
e internacionalizada, en un mundo que evoluciona aceleradamente y en
el que prácticamente no es posible controlar el flujo de la
información. La clave entonces está en adelantarnos con mirada
propia, como corresponde a nuestra misión, y no dejarle espacio al
enemigo.
El informe presentado por el presidente de la UPEC y surgido del
debate previo al Congreso, subraya que la prensa no puede desempeñar
su papel sin optimizar la profesionalidad de los periodistas, y no
hay otra manera de enfrentar la formación y superación que no sea
concibiéndolas como un sistema continuo y unificado donde estemos
implicados todos.
Sin excluir otras vías, la formación regular universitaria de los
periodistas debe ser la fuente principal de ingreso a nuestro
sector, sobre la base de crear las infraestructuras y disponer de
equipamiento, fortalecer los claustros y extender la carrera a más
universidades.
En cuanto al vínculo entre los órganos de prensa y las
universidades señala que se debe continuar avanzando para lograr que
todos los medios del país reúnan los requisitos para convertirse en
unidades docentes.

Plantea el informe que la situación de los recursos materiales
tiene una base real, objetiva y fundamental en las limitaciones
propias del país, e influye en los resultados de una prensa impelida
a estar más cerca del protagonismo y la vida de la gente.
Como se ha informado, por sugerencia del Secretariado del Comité
Central del Partido, desde el año 2006 hasta la fecha el Gobierno ha
dado pasos importantes encaminados a asegurar un flujo financiero
estable hasta el año 2013.
Cuando el Congreso anterior, solo 15 medios de prensa tenían
presencia en Internet, hoy son 133, con un crecimiento que se ha ido
extendiendo hasta las radioemisoras y telecentros municipales;
aunque todavía son insuficientes.
Dentro de unos días la organización cumplirá su aniversario 45, y
la mejor forma de celebrar la fecha ha sido trabajando para el logro
exitoso de este VIII Congreso. De esa fecha para acá, expresa el
documento, no ha variado un milímetro la voluntad de los periodistas
cubanos de organizarse para la defensa de la Revolución Cubana, la
independencia nacional y el ejercicio de la profesión.
En los propios Estados Unidos, se agrega, comienzan a producirse
manifestaciones que exigen cambiar el sistema de medios, puesto que
la población está comprendiendo que el dominio de las grandes
corporaciones mediáticas acaba con la diversidad de opinión e impone
sus contenidos, no en función de la vida, la libertad y la felicidad
de las personas, sino exclusivamente para el lucro empresarial y la
defensa de los privilegios de las grandes fortunas. Esa es la
principal razón por la cual el proceso de los Cinco compatriotas
cubanos, prisioneros en cárceles del imperio, lo hayan castigado a
una especie de "hueco" mediático.
El desafío es muy grande y el enemigo dispone de una fuerza
descomunal; pero si ante ella nuestro pueblo nunca ha temblado,
ahora, frente a su sofisticado armamento ideológico, ni nos
arrodillaremos ni cruzaremos los brazos.
No es solo Cuba lo que está en juego, es la humanidad, y eso hace
más grande la causa y el orgullo de los periodistas revolucionarios
cubanos por dedicar su vida a luchar, en una coincidencia histórica
irrepetible, junto a Fidel y a Raúl.