Frenó esta zafra el descenso productivo

Juan Varela Pérez

La zafra que acaba de terminar, considerada en sus inicios como de "difícil pronóstico" por continuas adversidades, frenó el descenso de los últimos años y garantiza el azúcar crudo y refino para la economía interna.

Foto: José M. CorreaEl central Panchito Gómez Toro, de Villa Clara, de nuevo en la vanguardia por su integralidad.

El haber fabricado un 24% más de crudo que en la campaña precedente, asegura además, la entrega en fecha de los compromisos con el mercado exterior.

La oferta de caña, tal como se estimó, era suficiente para cumplir el Plan Técnico Económico. También bastaban las capacidades abiertas en los 54 centrales, aunque mal aprovechadas.

La llegada tardía de recursos básicos para la cosecha, roturas e interrupciones en los ingenios y frecuentes lluvias en marzo y abril —la mejor época del rendimiento en azúcar— impidió que el objetivo se alcanzara. El acumulado estuvo, al cierre, por encima del 90%.

Aunque los 28 ingenios cumplidores superan el total del 2007, muchos consideran, entre ellos este periodista, que pese a los inconvenientes antes señalados, habían condiciones para un mejor registro. Esos colectivos debieron asumir con el extraplan, hasta donde pudieron, lo que dejaron de hacer las diez empresas de peor desempeño, algunas de mucho peso productivo. Esto impidió que fuera superior la eficiencia promedio en indicadores claves.

En su valoración, el Ministerio del Azúcar consigna que la casi totalidad de los territorios produjeron, aunque en volúmenes aún modestos, más azúcar que en el 2007. Los técnicos reconocen a las cinco provincias cumplidoras: Sancti Spíritus, Cienfuegos, Pinar del Río, Camagüey y Granma, y en especial las dos primeras como las más integrales.

De los centrales se menciona la destacada labor del Panchito Gómez Toro y Carlos Baliño (Villa Clara) y Uruguay y Melanio Hernández (Sancti Spíritus).

Esta zafra confirma, una realidad: si la molida es baja, cualquier aspiración quedará trunca. La historia azucarera cubana demuestra que marzo y abril son meses que deciden. Lo que acaba de ocurrir es un ejemplo. Si se pierden, las aspiraciones de cumplir se alejan.

 

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