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El presidente de Bolivia, Evo Morales, resaltó hoy la disposición de
su gobierno de ampliar los lazos diplomáticos con cualquier país del
mundo sobre la base del respeto mutuo.
En una intervención ante medios de comunicación, el mandatario
ratificó la decisión de no expulsar al embajador estadounidense en
La Paz, Philip Goldberg, a pesar de la tensión imperante en las
relaciones bilaterales.
Bolivia nunca romperá relaciones con nadie. Si quieren retirarse
es una decisión de cada cual, pero si quieren estar acá bienvenidos,
bajo un respeto mutuo. Nadie impondrá sus intereses aquí, aseveró.
El líder del Ejecutivo se refirió a la determinación de los
trabajadores cocaleros del Chapare -departamento de Cochabamba- de
desalojar de esa región a la Agencia de Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID) por sus acciones subversivas.
Saludo la decisión del movimiento campesino del trópico porque la
USAID despliega una campaña sucia contra el Gobierno. Ahora Chapare
será territorio libre de analfabetismo y del imperio norteamericano,
enfatizó.
Morales calificó esa medida de los sectores populares como una
demostración de la creciente voluntad de los bolivianos de defender
la dignidad y soberanía nacionales, después de tantos años de
injerencia de Estados Unidos.
Destacó que el pregonado aporte de la USAID al desarrollo no es
tal, pues en apariencia se presenta como una gran ayuda, pero en
realidad constituye una vía para justificar la intromisión.
El estadista reiteró su rechazo a esas estrategias de control
político y la postura de aceptar una colaboración transparente de
cualquier país, sin condicionamientos.
La autoridad aseguró que ese sentimiento de repulsa hacia el
imperialismo norteamericano cobra fuerza en América Latina, cuyos
pueblos se han percatado de que el capitalismo no es la solución
para sus problemas.