Escuchar los himnos de nuestros países, ver las banderas una al
lado de la otra, tiene una gran significación histórica: quizás sea
símbolo de que un día seremos buenos amigos, expresó Cliff DuRand,
coordinador de la red de investigaciones de la Asociación de
Filósofos Radicales de Estados Unidos, durante la apertura de la XX
Conferencia de filósofos y científicos sociales cubanos y
norteamericanos.
DuRand recordó el inicio de estos encuentros en 1982, con una
delegación visitante de apenas seis miembros; cómo en 1990 acordaron
otorgarle continuidad anual y el número de participantes creció
hasta 70, e incluso en una ocasión llegó a 95. En cambio, la
administración Bush ha hecho que disminuya la cifra de asistentes,
pero la voluntad de mantener los contactos trajo ahora a La Habana a
otros 17.
Jualyne Dodson, coordinadora del evento por la parte
estadounidense, subrayó la oportunidad que brinda este de mostrar
solidaridad con el proyecto cubano, así como de traer jóvenes
estudiantes para que vean, sientan, conversen sobre el desarrollo
social de este lugar que inspira.
El Aula Magna de la Universidad de La Habana acogió la primera
jornada. Desde hoy y hasta el próximo viernes 27 las sesiones
continuarán en el Salón 250 Aniversario, ubicado en el edificio
Enrique José Varona. Se realizarán paneles denominados Cultura e
Identidad; Workshop, una ciencia política desde el Sur; Educación;
Socialismo en el siglo XXI; y Neoliberalismo, resistiendo al
Neoliberalismo.
La arrancada la propició esta vez la conferencia Bioética y
política, a cargo del Doctor Carlos Delgado, autor del libro
Hacia un nuevo saber. La bioética en la revolución contemporánea del
saber, presentado por Armando Hart Dávalos, director nacional de
la Oficina del Programa Martiano.
El texto confirma en el terreno de la investigación de las
ciencias naturales más actualizadas, las de nuestro tiempo, verdades
filosóficas cubanas de la mejor tradición de comienzos del siglo XIX.
Los hallazgos de las ciencias naturales contemporáneas muestran la
validez de los postulados de fondo de la identidad nacional cubana,
expresó Hart.