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Por lo menos cuatro estadounidenses murieron hoy al estallar una
bomba en el ayuntamiento de Ciudad Sader, populoso barrio capitalino
iraquí.
Según el mando de las fuerzas de ocupación, dos de los occisos
eran soldados y los otros, empleados de las Secretarías de Estado y
de Defensa norteamericanas.
La policía afirmó que seis iraquíes también perecieron y 10
recibieron lesiones por la detonación, que al parecer tenía como
blanco a los estadounidenses.
Según versiones de testigos, en el ayuntamiento se celebraba una
reunión para la elegir a un nuevo alcalde del distrito, cuando un
atacante suicida logró infiltrarse e hizo estallar la carga que
portaba.
El ejército norteamericano y la embajada de Washington aquí
confirmaron las bajas, pero sin identificarlas.
La vocera de la embajada, Mirembe Nantongo, precisó que dos de
los muertos eran funcionarios del gobierno estadounidense.
Por otra parte, un soldado estadounidense murió hoy por las
heridas recibidas cuando el alcalde de una localidad cercana a
Bagdad le disparó a un grupo de militares.
La jefatura de las fuerzas de ocupación notificó que el tiroteo
ocurrido la víspera causó también la muerte de otro efectivo
norteamericano y del propio funcionario iraquí.
El hecho sucedió en el poblado de Madaim, a unos 30 kilómetros de
esta capital, y el alcalde fue identificado como Raad Ahmoud Ayil.
Los soldados asistían a una sesión del consejo municipal, cuando
el funcionario tomó un rifle y les disparó.