El anuncio del presidente Evo Morales de que su gobierno encabezará
una campaña de repudio contra la nueva normativa migratoria de la
Unión Europea (UE) constituyó el hecho más notable esta semana en
Bolivia.
En un encuentro con corresponsales extranjeros acreditados aquí,
el mandatario adelantó que aprovechará la próxima cumbre de la Unión
de Naciones Suramericanas (UNASUR), con sede en la ciudad argentina
de Tucumán a finales de mes, para proponer esa iniciativa.
Durante la reunión celebrada en el Palacio Quemado, el jefe del
Ejecutivo instó a sus homólogos europeos a revisar su historia común
con Suramérica y en particular con Bolivia.
Invito a que con esta nueva norma denominada Directiva Retorno no
se cometa otra agresión contra la vida de miles de inmigrantes,
afirmó sobre la ley que pretende repatriar a residentes ilegales
luego de un período de internamiento de hasta 18 meses.
La víspera, Morales ratificó su rechazo a esa medida, al
entrevistarse con embajadores europeos en La Paz para discutir el
tema y analizar posibles alternativas ante esa disposición.
Por otra parte, en la cita con los periodistas, Morales reiteró
el carácter democrático del referendo revocatorio de su cargo, del
vicepresidente de la nación y de ocho prefectos departamentales,
fijado para el 10 de agosto próximo.
Otro de los acontecimientos significativos resultaron las
declaraciones del ministro de Gobierno, Alfredo Rada, sobre el
desenmascaramiento de un plan de la oposición para desestabilizar a
la actual administración.
El funcionario explicó que presentará a la opinión pública las
pruebas de las maniobras urdidas por los prefectos de la Media Luna
(Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija).
También generó gran repercusión la captura de dos individuos, uno
de ellos con un fusil de largo alcance, en el aeropuerto de El
Trompillo, por donde el presidente de la República viajaría de
regreso a La Paz, tras realizar un recorrido por Santa Cruz.