Marina Arismendi ha estado seis veces en Cuba. Maestra de profesión, hoy es ministra de Desarrollo Social de la República Oriental del Uruguay. Por esa razón viaja como miembro de la delegación que acompaña al Presidente Tabaré Vázquez.

Las primeras acciones de Arismendi como titular de esa cartera fue la aplicación del llamado Plan de Emergencia Social dirigido hacia un sector poblacional que tiene, en Uruguay, a casi un millón de pobres y cerca de 300 000 que viven en la indigencia.

Impresionada por lo que apreció en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) dijo en diálogo con Granma: "Esto es maravilloso".

Conocer detalles de un lugar donde se forman "esos miles de estudiantes de todas las provincias de Cuba" que tienen "las mismas oportunidades para formarse como técnicos de altísimo nivel, pero a la vez como seres humanos, realmente nos da una sana envidia", confiesa.

"Es muy emocionante ver a los jóvenes viviendo, bailando, cantando, celebrando, estudiando y preparándose para ser hombres y mujeres de hoy y también de mañana".

Marina es hija de Rodney Arismendi, histórico dirigente del Partido Comunista del Uruguay (PCU) y uno de los fundadores del Frente Amplio como partido —actualmente en el poder—. "Hace recién tres años que empezamos en el Gobierno, pero estamos trabajando (¼ ) ahora el Presidente ha impulsado el Plan Ceibal" con el objetivo de ir mejorando el acceso de "los niños y niñas de nuestro país" al mundo de la informática.

En su tierra, como comenta, "estamos avanzando en el combate a la pobreza y a la exclusión social". Han logrado, según refiere Marina, un sistema de salud con cobertura para "cientos de miles de niños que hasta el día de hoy no lo habían tenido nunca".

Además, "trabajamos con los programas de alfabetización yo sí puedo, se operaron más de 2 000 pacientes uruguayos de catarata en cuba y hoy tenemos un hospital de ojos gracias a la solidaridad, a la ciencia y a la tecnología de Cuba. "Hace poco que funciona, pero qué bueno los que han recuperado la visión o ven por primera vez. Muchas gracias al Gobierno cubano, a su pueblo y a la Revolución por todas estas ideas y por toda la solidaridad que nos han brindado".

Sobre esta visita que concluye hoy a Cuba expresó: "es imposible decir qué es lo que más me ha impresionado de ella, porque cada encuentro ha tenido un contenido especial. El hecho de ver la escuela cubana, ver a los niños felices, es algo extraordinario".

Y entonces recuerda: "Mi generación se formó, nació a la militancia política en apoyo a la Revolución cubana. La Revolución cubana ha marcado nuestro camino, nuestros ideales y nuestra causa por transformar la sociedad, y los que hemos estado, como en mi caso, en otros momentos aquí, como en los años duros del periodo especial, en instantes difíciles para la vida de Cuba y de su pueblo, nos sentimos muy felices cuando los vemos florecer con tanto conocimiento, con tanto amor y alegría como lo han tenido siempre".