Elecciones en EE.UU

La acuarela

RAMÓN SÁNCHEZ-PARODI MONTOTO*

No se trata de la agradabilísima Aquarela do Brasil compuesta en 1939 por Ary Barroso e interpretada a través de las décadas por artistas como Frank Sinatra, Antonio Carlos Jobim, Gal Costa, Harry Belafonte y Plácido Domingo. Se trata de una "acuarela" más prosaica, formada por las combinaciones de los colores que se asignan en el argot político norteamericano a los estados de la Unión según su inclinación republicana ("rojos"), demócratas ("azules") o indefinida ("morados").

Los dos candidatos: Obama y McCain.

En esta ocasión, utilizaremos como patrón para calificar los estados, los resultados de las cuatro votaciones presidenciales que han tenido lugar desde 1992. Hay 18 estados "rojos" que en todas las elecciones han preferido a los candidatos republicanos y que representan un total de 148 votos electorales; otros 18, son "azules" que lo han hecho siempre por el demócrata y aportan 237 votos electorales; y 15 "morados" que se han inclinado indistintamente por uno u otro candidato, con un total de 153 votos electorales (ver cuadro). Se agrega a los 50 estados el Distrito de Columbia, sede de la capital federal, que a los efectos de las elecciones presidenciales recibe las mismas facultades que las de los estados.

Como la elección del presidente de Estados Unidos no se decide por el número de votos directos de los ciudadanos obtenidos nacionalmente por un candidato, sino que es en segundo grado acorde con el llamado "Colegio Electoral", donde están representados los "votos electorales" asignados a cada estado en correspondencia con su población, gana la elección el candidato que acumule 270 votos electorales; es decir, la mitad más uno de los 538 integrantes del "Colegio Electoral".

John Sydney McCain III y Barack Hussein Obama tienen que tomar esta estipulación como base para diseñar la estrategia de su campaña nacional. Y, a partir de ella, determinar el papel que van a asignar a cada estado y decidir los recursos financieros, humanos, políticos, sociales y propagandísticos y el tiempo que van a emplear en cada uno, para asegurarse llegar al menos a los 270 votos electorales. Quedar por debajo de esa meta significa perder las elecciones.

Al analizar las manifestaciones y actuaciones de los candidatos y de sus equipos de campaña y valorar aspectos de las situaciones en los estados, incluyendo las condiciones de la economía y del empresariado local, el control sobre la maquinaria gubernamental y política local, las características de la población y los resultados electorales de las primarias recién finalizadas, concluimos que Barack Obama se traza como estrategia, además de conservar de su lado los 237 votos electorales de los 18 estados "azules", trabajar por salir victorioso en, al menos, otros 16 estados (13 de ellos "morados" y tres "rojos") que representan 137 votos electorales adicionales.

John McCain se propone como objetivo mantener en su haber los 148 votos electorales de los 18 estados "rojos" y luchar por alzarse con la presea en todos los otros estados "morados" (muy similar a lo que hizo Bush en el 2004, quien solo no ganó los 15 votos de New Hampshire y Washington), y ganar otros seis estados "azules".

A seguir, los estados que constituyen "el campo de batalla":

Objetivos de McCain:

"Morados": Todos: 153 votos electorales

"Azules": Connecticut (7), Rhode Island (4), Pennsylvania (21), Michigan (17), Minnesota (10), Oregon (7). Total: 66 votos electorales

Objetivos de Obama:

"Morados": Todos, excepto Florida y Ohio: 106 votos electorales.

"Rojos": Virginia (13), North Carolina (15): 28 votos electorales

Rojos

Azules

Morados

Estado

VE

Estado

VE

Estado

VE

Maine

4

Indiana

3

New Hampshire

4

Vermont

3

Kentucky

8

Washington

11

Massachussetts

12

West Virginia

5

Ohio

20

Rhode Island

4

Virginia

13

Tennessee

11

Connecticut

7

North Carolina

15

Georgia

15

New York

31

South. Carolina

8

Florida

27

New Jersey

15

Alabama

9

Louisiana

9

Pennsylvania

21

Mississippi

6

Arkansas

6

Delaware

3

North Dakota

3

Missouri

11

Maryland

10

South Dakota

3

Iowa

7

District Columbia

3

Nebraska

5

Montana

3

Michigan

17

Kansas

6

Colorado

9

Illinois

21

Oklahoma

7

Nevada

5

Wisconsin

10

Texas

34

New Mexico

5

Minnesota

10

Idaho

4

Arizona

10

California

55

Wyoming

3

15 estados

153

Oregon

7

Utah

5

Hawai

3

Alaska

3

18 estados

237

18 estados

148

Estas proyecciones iniciales de los candidatos tienen múltiples combinaciones que pudieran resultar en que cualquiera de ellos consiguiera alcanzar la "cifra mágica" de 270. Representan una aspiración más que una meta a alcanzar. En términos políticos es muy largo el tiempo que resta para las elecciones y la situación se presta a especulaciones de todo tipo, muchas de ellas alentadas por las encuestas o por el interés de los medios de difusión de "vender su mercancía".

A este análisis hay que agregar el efecto que tendrá en cada estado la elección de otros cargos en disputa. La totalidad de los integrantes de la Cámara de Representantes (435) en los 50 estados; 33 senadores en 33 estados distintos; los gobernadores de 11 estados. Además, un considerable número de cargos y referendos de carácter local. Independientemente de que la lucha por la presidencia de la nación pueda concentrarse en los estados anteriormente señalados, la lucha electoral será intensa en prácticamente todo el territorio de la Unión.

Lo complejo de este tema no nos permite entrar en consideraciones más extensas, pero en las elecciones para el Congreso las aspiraciones del Partido Demócrata son ampliar aún más su mayoría en la Cámara y lograr una cifra la más cercana posible a los 60 senadores, lo que le permitiría, por lo menos en teoría de acuerdo a los reglamentos, frustrar cualquier intento republicano de impedir la votación de algún proyecto de ley recurriendo a la práctica parlamentaria de extender el debate interminablemente que se conoce con el nombre de "filibusterismo".

Por el momento la campaña está en una fase de "cámara lenta", donde los dos partidos están haciendo un recuento de las fuerzas de que disponen y definiendo los detalles de sus respectivas campañas. Bajar el ritmo de las actividades políticas es aconsejable porque las campañas ya llevan más de un año de actividad y puede surgir el cansancio y la insensibilidad de los votantes ante las exigencias de la propia campaña para aquellos que están involucrados en ella o ante los discursos de los candidatos.

No obstante, McCain y Obama y sus equipos de campaña se mantienen intercambiando ataques sobre sus respectivas posiciones en temas como la situación económica del país y las recetas de cada cual para enfrentar la situación, que se deteriora aún más con los posibles daños que el clima y ahora las inundaciones está causando a la agricultura; las perspectivas de un posible acuerdo entre los gobiernos de Iraq y de Estados Unidos que tiene como propósito legalizar la presencia de fuerzas norteamericanas en ese país cuando expire la cobertura legal que le ha dado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; el incremento de la resistencia contra la presencia militar de la OTAN y de Estados Unidos en Afganistán y la agudización de las contradicciones entre las Fuerzas Armadas de Paquistán y Estados Unidos sobre la llamada "lucha contra el terrorismo"; la política energética del país, en especial lo relacionado con el precio de la gasolina y la iniciativa de Bush para permitir la perforación petrolera en el mar. Estos y otros temas son motivo de frecuentes polémicas que los candidatos aprovechan para ir afinando su discurso electoral con vistas a la etapa final y crucial de la campaña que comenzará en septiembre.

Se destacan los pasos que va dando Obama para consolidar el apoyo político y las finanzas de su campaña.

El 19 de junio, Obama anunció que no aceptará la facilidad que ofrece la ley de emplear fondos gubernamentales (en este caso 85 millones de dólares) para financiar la campaña electoral general y que utilizará sus propios medios de recaudación; se calcula que pudiera recaudar hasta 500 millones de dólares. El anuncio, aunque esperado, es polémico porque el supuesto objetivo del financiamiento público es impedir que las corporaciones y los llamados "intereses especiales" influyan en los candidatos electos con sus contribuciones financieras. El propio Obama había declarado su inclinación a acogerse al financiamiento público y la noticia del jueves fue aprovechada inmediatamente por la campaña de McCain para atacar a Obama por haber renegado de su promesa.

El martes 26 de junio, Obama celebrará una reunión con el Comité de Finanzas de la campaña de Clinton, donde ambos (Obama y Clinton) apelarán a la unión de los mecanismos de recaudación de ambas campañas (de paso Hillary buscará vías para lograr contribuciones que le permitan saldar su deuda).

El lunes 16 de junio Obama recibió el apoyo público de Albert Gore, quien es hoy el más destacado líder demócrata que hasta el momento no había tomado una posición pública con respecto a los candidatos. La actitud de Gore es en la práctica la culminación del proceso de apoyo a la aspiración de Obama por parte del liderazgo demócrata.

Se aproximan también los meses de las vacaciones de verano, en los cuales una importante parte de la población huirá del bullicio de la vida diaria. Los Juegos Olímpicos de Beijing también harán que la atención de los medios de difusión se desvíe hacia el entretenimiento de los deportes.

Mientras tanto, los candidatos y los equipos tomarán en sus manos la paleta y los pinceles para ir determinando los colores que deseen darle a la contienda.

* El autor es especialista en Relaciones Internacionales y fue jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos de septiembre de 1977 a abril de 1989.

 

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