Arnaldo Musa
musa.amp@granma.cip.cu

Mientras la aviación de Estados Unidos prosigue sus crímenes "por error" contra la población civil afgana y misiles norteamericanos utilizan de nuevo como blanco a ciudadanos paquistaníes, esta vez, militares (¿también por error?), unos 80 países e instituciones participaron en París en una conferencia que pretende desarrollar y reconstruir Afganistán, sometido a la violencia, a la corrupción y al tráfico de droga cada vez mayor desde que la administración de George W. Bush inició su agresión y ocupación hace casi siete años. El presidente de Kabul, Hamid Karzai, busca más dinero para tal "desarrollo", ante la presencia de la mujer de Bush, Laura, y la secretaria norteamericana de Estado, Condoleezza Rice. Naturalmente, se oyeron discursos acerca de que la ayuda al gobierno de Karzai tiene propósitos humanitarios y pretende erradicar el terrorismo, pero ya Francia admite que hasta ahora "no ha dado sus frutos", y el Banco Mundial se quejó porque los fondos recaudados con anterioridad no estuvieron dedicados a servir a la mayoría, sino a los propios funcionarios gubernamentales. Lo cierto es que 70 000 soldados extranjeros, bajo el mando militar yanki, no han podido impedir el deterioro del régimen, ni que cerca del 93% del opio mundial se produzca en Afganistán y la producción agrícola baje aún más este año. Esto ha de-satado un vertiginoso encarecimiento de los víveres, lo cual pone en una situación de subnutrición a la mayoría de los vecinos de Kabul y las demás ciudades importantes de Afganistán. Los principales renglones alimenticios en la capital subieron de precio en un 20% como promedio en las últimas cuatro semanas. ¿Conocen esto los que se reunieron en París para sostener al gobierno y los ambiciosos planes impuestos por Estados Unidos?.

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