Por
estos días de Eurocopa está en La Habana el futbolista suizo Fabio
Celestini, con la intención de brindar formalmente su respaldo al
fútbol cubano como gesto de solidaridad.
El joven jugador se conectó con Cuba tras una década
profundizando sobre la vida y obra de Ernesto Che Guevara, la
personalidad histórica que —confiesa— más le ha impresionado, a tal
punto que decidió grabar en su brazo izquierdo la imagen del
Guerrillero Heroico para que lo acompañe siempre.
De la mano del madrileño Gabriel Navarrete, director de la
Organización No Gubernamental (ONG), Cultura y Cooperación
Internacional, Celestini vino para concretar varios proyectos. Y lo
hizo con hechos: sufragó el envío de 700 balones y 36 000 camisetas
que para los niños cubanos ha donado el club Getafe de la Liga
Española, donde milita desde el 2005.
Además, presentó a la Asociación de Fútbol de Cuba una propuesta
para crear una academia infantil de ese deporte en el país y
potenciar el intercambio con preparadores y técnicos, basado en las
experiencias que como jugador ha recabado a su paso por las ligas
profesionales de Suiza, Francia y España.
Nada parece imposible para este centrocampista de 33 años, quien
aúna en el trabajo la pasión italiana —heredada de sus padres— y el
metodismo suizo, como demostró al crear la Fundación 442 para
fomentar la práctica del deporte en los jóvenes, y cooperar en la
formación de las generaciones del futuro.
Porque afirma: "El fútbol no es solo correr detrás de un balón.
Significa mucho más. Es un poco como la propia vida y si consigues
desde pequeño inculcar valores participativos, de trabajo en equipo
y respeto por las reglas, estás contribuyendo a hacer mejores
personas en el futuro".
Para ayudar al financiamiento de esta idea, Celestini organizó un
partido benéfico a favor del FC Renens, el club donde inició su
carrera y se trabaja con más de 400 niños de 60 países. Así, el
pasado 21 de abril en el Stade de Geneve (Ginebra) —casualmente uno
de los recintos de la Eurocopa— reunió los esfuerzos de rutilantes
astros del firmamento balompédico de todos los tiempos como Zinedine
Zidane, Enzo Francescoli, Raúl Gónzalez, Eric Cantona, Michael
Laudrup... Su iniciativa fue éxito rotundo.
"Decidí crear la fundación para hacer algo por los demás. A mi
edad miras atrás y ves que la vida te ha dado muchas cosas, muchas
satisfacciones y surge entonces la idea de devolverle algo a los
otros", comenta al respecto el jugador.
Pero sus proyectos van más lejos: "Existen numerosas
posibilidades. Ahora mismo manejamos una serie de ideas en torno a
Cuba, tengo muchas esperanzas.
"Cuba tiene todas las condiciones para lograr un proyecto con la
infancia y que su fútbol crezca. Los cubanos poseen fuerza y
resistencia, lo que necesitan es perfeccionar el aspecto táctico.
Esa es la solidaridad que podemos traer al pueblo cubano."