El centro, ubicado en el hospital pediátrico General Luis Ángel
Milanés, de Bayamo, que honra con su nombre a la ilustre mambisa
Rosa Castellanos, posee modernos medios para el diagnóstico y
seguimiento de los pequeños aquejados de enfermedades hematológicas
y cáncer.
Conforman su estructura interior cuatro cubículos con ocho camas,
dos de ellos de aislamiento o para enfermos requeridos de un
tratamiento más intensivo o riguroso. Están equipados con televisor,
refrigerador, circuito interno de video, asientos-camas para los
acompañantes, y otras facilidades.
El doctor Fernando Mederos, al frente de la sala, atendida por 24
trabajadores, plantea que ya no es necesario trasladar a los
enfermos con ese tipo de padecimiento a Santiago de Cuba, Holguín o
Ciudad de La Habana.
El acercamiento se convierte en un elemento de influencia en la
recuperación de los pacientes, pues ellos y sus padres se sienten
más acompañados de la familia, esencial soporte emocional y
psicológico
Otra posibilidad de la sala — agregó— es disponer de un equipo
muy profesional, dedicado por entero a una misión precisada de mucha
sensibilidad por la edad de los enfermos en correspondencia con el
esfuerzo realizado por el país.
Dennis vive en Marea del Portillo, en el municipio de Pilón, y
desde hace cinco años su hijo recibe tratamiento oncohematológico.
Ambos hoy tienen la satisfacción de estar más cerca del hogar,
pero probablemente en un futuro cercano esa alegría se acreciente
aun en medio del dolor que provoca la enfermedad, existe la
posibilidad de abrir una sala similar en el municipio de Manzanillo,
en el cual unos 40 pequeños precisan hoy del mencionado servicio.