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El rey de la piña está en Corralillo
Freddy Pérez Cabrera
CORRALILLO.— A Ramón Javier García le han endilgado varios
sobrenombres. Algunos lo reconocen como el Guajiro de la Champola,
en referencia al mejunje creado por él para alimentar el ganado, logro
que mereciera un premio relevante en el XIII Forum Nacional de Ciencia
y Técnica y las felicitaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Ramón
Castro Ruz, un conocedor de los secretos de la agricultura, reconoció
la calidad de la labor desarrollada por Mongui en el cultivo de la
piña.
También lo llaman el Soñador de Palma Sola, en relación con
el nombre de la finca o Mongui Cero Petróleo, para representar
su obsesión por ahorrar combustible. Sin embargo, ninguno mejor que el
Rey de la Piña, para identificar al campesino que más frutas de
ese tipo produce en Cuba.
Primero ejerció el magisterio. Luego, en los años más duros del
periodo especial, fue el ganadero que más leche aportó en Villa Clara
y, más tarde decidió dedicarse al cultivo de la piña. Una máxima
martiana puede leerse, al llegar a la finca de Ramón Javier: Si el
hombre sirve, la tierra sirve. Ella le acompaña en su quehacer diario.
LOS SECRETOS DE MONGUI
Según Ramón Javier, no hay otro secreto para obtener resultados que
trabajar con dedicación y ponerle amor a todo lo que se hace.
Para muchos, estas tierras eran inservibles por ser una sabana
arenosa, explica Ramón, quien alega que eso lo obligó a pensar y a
estudiar antes de emprender el cultivo de la reina de las frutas.
Lo primero que hice fue tomar una muestra del suelo y llevarla a
Santa Clara para analizarla. Luego me leí varios libros que hacían
referencia a esta fruta y, hasta materiales busqué en internet,
expresa el campesino.
En la primera cosecha logró solo 80 quintales por hectárea, en la
segunda llega a 560 y, en la sexta, 1 000, cifra a la que no ha
llegado ningún productor en Cuba. En las tres últimas campañas logró
35 000 quintales, todo ello sin usar un litro de petróleo en su finca.
Utilizo un método de laboreo que, además de propiciar un mayor
rendimiento, posibilita usar la carretilla en lugar del tractor, con
el consiguiente ahorro de combustible. La mayoría de los productores
siembra seis surcos y deja una calle amplia para que pase el vehículo;
yo, en cambio, planto dos surcos dobles y dejo una calle de alrededor
de 150 centímetros, explica Ramón Javier.
Otro de sus secretos es la aplicación de la agroecología. Aquí no
se emplea ningún producto que pueda dañar la salud, como pesticidas o
fungicidas. Con sus propios métodos ha logrado un efectivo control
biológico en su finca. Así, por ejemplo, utiliza el carnero para
eliminar la maleza en determinado periodo.
Muchos consideran que, la reina de las piñas es la cayena lisa; sin
embargo, Mongui prefiere la Española Roja, mucho más resistente a
plagas y enfermedades, la que puede alcanzar un peso superior a las
cuatro libras.
Finca
escuela
No hay mayor satisfacción para el campesino de la finca El Sueño
que la multiplicación de sus éxitos. Se enorgullece al decir que no
tiene nada que ocultar, por eso a diario van allá trabajadores y
especialistas de todos los rincones del país a tomar experiencias.
En el libro de visitantes pueden leerse varias frases que
demuestran el alto reconocimiento al trabajo de este hombre de campo.
Orlando Lugo Fonte, el presidente de la ANAP, escribió: La finca de
Mongo es única en Cuba; mientras el doctor Adolfo Rodríguez Nodals, al
frente del programa de la Agricultura Urbana, expresa que: Tú tienes
la mejor finca de piña del país.
Su labor extensionista ya llega a varios municipios de Villa Clara,
además, provincias como Matanzas y Ciego de Ávila beben de la
sabiduría de Ramón Javier, quien ha donado bancos completos de
semillas a esos territorios, a los que periódicamente acude para
compartir secretos.
No le asusta que algunos alumnos se le adelanten, como es el caso
de Santos Teddy Martínez Alonso, quien logra resultados que se acercan
a los suyos. Pase lo que pase, Ramón Javier García seguirá siendo el
Rey de la Piña en Cuba. |