Los terrenos de béisbol

Sobran problemas… falta voluntad

Yerba, tierra y agua no necesitan divisas. Higinio: “Seremos estrictos en el otorgamiento de las sedes”. El Centro Nacional de Entrenamiento es una necesidad

SIGFREDO BARROS

El roletazo sale de frente y el fildeador se agacha, abre el guante y se dispone a realizar el engarce. Pero la pelota choca contra ¿una piedrecita, un desnivel del terreno, quién sabe? y se interna caprichosa en los jardines. Un out aparentemente seguro se convirtió en un jit y, con él, una ventaja se esfumó y una victoria cierta dejó de serlo.

El Latino no puede seguir siendo el centro de entrenamiento de los equipos Cuba.

No es una suposición ni una disquisición. Todos vimos en los play off de la 47 Serie Nacional escenas como la descrita en el párrafo anterior. Se impone una conclusión: el estado de los terrenos de béisbol, de una punta a la otra de nuestro país es lamentable —con las siempre lógicas excepciones, que no hacen más que confirmar la regla—, y urge encontrar soluciones.

Podrán argumentar muchos de los lectores que el tema ya se ha convertido en recurrente. Porque, apelando a la memoria y a los archivos, escribimos en junio del año 2006 "terrenos inadecuados, sin el nivel requerido, con diferencias apreciables en la altura del montículo". Y, hace casi exactamente un año "más de un mentor se quejó de los terrenos en los play off. Muchos estadios de cabecera de provincias presentan un estado deficiente, con escasez de hierba en los diamantes y oscilaciones en los jardines".

La labor de estos trabajadores cuenta con una insuficiente remuneración económica.

Es cierto. Pero no queda más remedio que volver a las andadas, porque nada o muy poco se ha hecho para lograr una mejoría apreciable y los campos de béisbol, nuestro deporte, nuestra pasión nacional, languidecen por falta del necesario mantenimiento.

LUIS CARTÓN: EL INDER SOLO ASESORA

Ante todo se impone una pregunta: ¿quién decide y sufraga lo necesario para el mantenimiento? La respuesta viene de un especialista en la materia, Luis Cartón, quien desde hace años es el director nacional de estadios.

"Es una combinación a dos manos. El INDER es el organismo que asesora los trabajos desde el punto de vista técnico y, en ocasiones, apoya con algunos medios, como el acolchonamiento de las cercas en los jardines. Pero el presupuesto para la preservación, el mantenimiento y el mejoramiento es responsabilidad de la Dirección de Deportes del Poder Popular en los territorios, ya sea municipio o provincia".

"Es un trabajo agobiante, que exige una constante dedicación. No se pone a punto un terreno en un día o en una semana. Y en la mayoría de los estadios de Cuba no existen los medios e implementos necesarios. Sin una podadora de césped, sin vagones, palas, azadones, mangueras para el regadío, resulta materialmente imposible. Es muy necesario dotar a nuestras instalaciones de módulos con todos los aditamentos necesarios y exigir para que sean cuidados".

En el diálogo interviene también Higinio Vélez, quien lleva décadas dentro de terrenos de béisbol, desde sus tiempos de jugador y después como mentor de equipos santiagueros y de Cuba.

"Solo en el Latinoamericano existen back-stop, protectores de pitcheo y en primera y tercera para los entrenamientos, en el resto de los estadios brillan por su ausencia.

"Un solo ejemplo: este año nos vimos obligados a enviar a la preselección de 15-16 años a entrenar a Matanzas y a los juveniles al Nelson Fernández, de San José de Las Lajas. Además, los lanzadores de la preselección de mayores tienen que prepararse en horas de la tarde —dejando las mañanas para el trabajo de fuerza en otra instalación—, porque ningún terreno de Ciudad de La Habana reúne los requisitos mínimos. Ni el D¢ Beche (donde se jugaron encuentros de una Copa del Mundo y los Panamericanos del 91), ni el Pontón, el Parque Martí o el Psiquiátrico. El Changa Mederos se dejó para jugar partidos de la provincial, incluidos los play off. Es una situación realmente lamentable".

SALARIOS, EXIGENCIA, VOLUNTAD

Tanto Cartón como Higinio coinciden en que escoger la tierra, la arcilla, la yerba necesarias y regarla no cuesta divisas. Cuesta, eso sí, una enorme dedicación y constancia. Pero existe otro problema: el bajo salario de los trabajadores de mantenimiento en todos los municipios del país. Laborar hora tras hora bajo un sol inclemente, en una jornada que en tiempos de Serie Nacional se extiende hasta la noche (son los hombres que usted ve en el quinto inning reacondicionando el terreno), en ocasiones sin la vestimenta adecuada, sin guantes, por un salario mínimo, desestimula a cualquiera. Y cada día será más difícil encontrar personal que desee dedicarse a esta tarea que puede parecer ingrata, pero que determina la calidad del espectáculo deportivo.

Higinio vuelve a intervenir, esta vez para afirmar que la Dirección Nacional de Béisbol tiene la voluntad de crear grupos técnicos de inspectores y expertos que sean los que certifiquen si un terreno está apto para ser sede de juegos en la venidera 48 Serie Nacional.

"Durante dos Series, la 45 y la 46, se jugó en más de 150 terrenos, en un intento por estimular el trabajo de mejoramiento de los terrenos en los municipios. Pero, ciertamente, no dio resultado, y ya en la pasada Serie el número se redujo en 97, es decir, hubo partidos en unos 60 estadios, incluidos los de cabecera de provincias. Estamos obligados a ganar en autoridad, respeto y exigencia. Seremos estrictos, muy estrictos, en el otorgamiento de las sedes. Esto incluye la construcción del llamado club-house, el lugar que tienen los peloteros para vestirse y que es inexistente en los estadios cubanos, y la ampliación de los dugouts, pues en la mayoría no caben todos los integrantes del equipo. Sin duda, problemas son los que sobran. Y hay que decir que ha faltado voluntad para resolverlos".

Lo dicho por Higinio respecto a los terrenos en la capital pone sobre el tapete una cuestión cuya solución es urgente: la construcción de un Centro Nacional de Entrenamiento con dos diamantes, un gimnasio para el trabajo de fuerza y otras facilidades. Nuestros rivales en la arena internacional lo poseen (Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, etc) y cada vez más se acercan en calidad y resultados internacionales.

El diálogo llegó a tocar otro tema muy controvertido, el de las luminarias y las pizarras electrónicas, además de la pintura. Pero aquí, para encontrar la luz, se haría necesario otro trabajo.

 

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