El paisaje resulta un género bastante reciente en el proceso
histórico de las artes plásticas, ya que no fue hasta el siglo XVII,
en Holanda, que alcanzó esplendor como temática, al dejar de ser un
complemento de escenas de otros temas. En Cuba, sus albores datan
del siglo XVIII.
Hasta hoy ha sido motivo de creación para los artistas de todo el
mundo en los más variados estilos y técnicas, desde los más
realistas, o aquellos que motivados por los cambiantes fenómenos de
la luz quisieron atraparla y plasmarla en sus obras como manchas de
colores, hasta quienes lo trabajan para expresar motivaciones
ecológicas, internas, y muchas más.
En Cuba, una isla dotada por la naturaleza de los más variados y
exóticos paisajes iluminados por la radiante luz del Trópico, que
por momentos se ensombrece dramáticamente por las tormentas
características del clima, el género tiene sólida vigencia y es
tratado por muchos creadores de diversas maneras. A veces, hasta las
más impensadas.
Cada quien con su paisaje, es el título de la muestra
colectiva abierta en La Acacia (San José 114, Centro Habana) que
mantiene una tradición de hacer salir a flote el paisaje en esta
época del año, desde hace mucho tiempo, y quiere ofrecer, en el
estrecho marco de las paredes de una galería, la insistencia de los
artistas en el género, cruzando-respirando nuevas épocas, emergiendo
en algunos casos con mirada fresca y actual del siglo XXI, o
manteniéndose fiel a la tradición, con ojos modernos siempre, pero
en el fondo sintiéndolo como los maestros predecesores que dejaron
marcas indelebles en nuestra pintura que continúan. No quiere ser
esta exposición un resumen de todo lo que acontece hoy en el
paisaje, es imposible, si acaso unos cuantos ejemplos que sirvan
para mostrar la diversidad de maneras de decir.
Dotados de una excelsa imaginación, visión, y sentires caribeños,
los artistas (Domingo Ramos, Juan Gil García, Benito Ortiz, Adigio
Benítez, Agustín Bejarano, Fidel Micó, Joel Ferrer, Mario García
Portela, Diego Torres,Carlos Mata, Eduardo Estrada, Kamyl Bullaudy,
Humberto Hernández (El Negro), Juan Alberto Díaz, Kadir López,
Kelvin López, Raciel I. Gómez, Esteban Leyva, Douglas Luca, Carlos
Barreiro, Manuel Álvarez (Lolo), Alan M. González, Ernesto
Villanueva, Lester Campa, Carlos Fernández-Vega Rodríguez y Luis
Ulises García) crean obras que van más allá de una simple mirada
para alcanzar una imagen real y hasta onírica. En el paisaje rural y
en el citadino de sus cuadros, con sus rasgos geográficos o étnicos,
con los contrastes o veladuras que les suministran la luz, con sus
estridencias e intimidades se proyecta como peculiar alegoría,
ensoñación objetivada y realización artística. Estas pinturas,
dibujos, fotografías... resultan como un viaje por diversos paisajes
nuestros. Desde un marcado realismo, en unos casos se pone en
evidencia la exuberancia del paisaje cubano. Son como juegos de
disolvencias y aproximaciones que los creadores entregan desde
diversos puntos de observación para que la vista se desplace
libremente entre los detalles de la naturaleza circundante. En
otros, a través de un paisaje tramposamente naturalista, manifiestan
valores espirituales y entregan una metáfora construida a base de
elementos que poseen una vocación de signos espirituales.
Estos paisajes cubanos, tropicales, idílicos, nuestros
constituyen pequeños fragmentos de una monumentalidad de formas y
detalles que se presentan en la opacidad y contrastes cromáticos, en
la elaboración de los planos y la equilibrada verticalidad en su
conjunto. Aquí, la creación se presenta como un enigma.