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El Servicio Secreto estadounidense comparecerá hoy ante la justicia
por acusaciones de prácticas racistas, a pesar de las maniobras
utilizadas para dilatar el proceso.
Luego de muchos años de experiencia en litigios civiles jamás
presencié una conducta tan indigna como la mostrada por dicha entidad
gubernamental, aseguró la abogada Mellissa Henke, representante de los
demandantes.
Según la jurista, la organización adscrita al Departamento de
Seguridad Nacional ocultó evidencias e hizo lo imposible para eludir
las imputaciones, presentadas en 2000 por funcionarios
afronorteamericanos, quienes dijeron ser víctimas de mensajes
segregacionistas y negaciones de ascenso.
La agencia federal cuestionada no buscó documentos ordenados por la
jueza encargada del caso, Deborah Robinson, recuerda el diario The
Washington Post.
Incluso, en audiencias previas se manejó la posibilidad de que
algunos de esos informes fueran destruidos, puntualiza el rotativo.
De acuerdo con la fuente, en la sesión de este jueves Robinson
pudiera ser severa con el Servicio Secreto, como resultado de las
actuaciones impropias mostradas por la entidad durante la causa.
El proceso iniciado hace ocho años es impulsado por antiguos y
actuales agentes.
Los querellantes denunciaron la circulación de correos electrónicos
con burlas contra la raza negra, algunas de ellas demasiado groseras
como para ser publicadas, explica el Post.