Tras contar cuatro mil 84 muertos, de ser la guerra un tema incómodo en la campaña presidencial estadounidense y descubrir su grave impacto en la economía de ese país, es insignificante la cifra de soldados que retiran, afirman analistas iraquíes.

Los efectivos integran la cuarta Brigada de combate de la II División de Infantería, que se encuentra en este país árabe desde febrero del pasado año, cuando el presidente norteamericano, George W. Bush, indicó cambios tácticos en el teatro de operaciones.

Desde entonces, las fuerzas enviadas por Washington y las tropas nacionales incrementaron sus ofensivas, con el fin de controlar militarmente las zonas de constante actividad insurgente, el norte y centro de este estado árabe.

Para el cambio de la orientación estratégica en el terreno, indicado por Bush, Estados Unidos envió cinco brigadas que se sumaron a los más de 130 mil acantonados en Iraq.

Según el mando de las tropas de ocupación, ya se reiteraron tres de esas formaciones y en julio se prevé que la cifra de soldados estadounidenses en este país del Golfo Pérsico sea de 140 mil.

Conforme con lo planeado, cinco años después de la invasión, las fuerzas norteamericanas debían tener listo al ejército iraquí, pero este no es lo suficientemente sólido para enfrentar a los insurgentes.

Además de la ineficiencia para detener a la insurgencia, la Casa Blanca duda de la lealtad de tales efectivos, lo cual le impide pasar a refrescar en la retaguardia al soldado enviado por Washington.