Dotado de una elevada maniobrabilidad, el buque posee dos puentes de mando y dos máquinas de propulsión con una potencia total de 16 megavatios.

Con anterioridad este tipo de rompehielos era adquirido en el extranjero, según la agencia RIA Novosti.

El San Petersburgo, construido en los astilleros de la fábrica del Báltico, puede desplazarse con cerca de 10 mil toneladas y a una velocidad de 16 nudos. Cuenta así mismo con un sistema automatizado de dirección y logística de la nave. Por sus características puede emplearse en maniobras de pilotaje de grandes buques con una amplitud hasta 50 metros y como remolcador en los hielos y aguas normales.

Los equipos especiales le permiten además cumplir operaciones de salvamento durante todo el año y en condiciones, incluso, de marejadas de unos cuatro puntos.

Adicionalmente puede buscar objetivos desaparecidos a una profundidad de hasta 25 metros y realizar labores hidrotécnicas.

El buque San Petersburgo está listo en un 70 por ciento y podría entregarse a su primer comprador (Rosmorport) a fines de este año, adelantaron fabricantes.