El
magisterio cubano tiene reservas para lograr un proceso educativo de
calidad y esa batalla se gana con ejemplaridad, ética, consagración y
preparación, en una labor imprescindible para la sociedad.
Tal reflexión fue realizada por Ena Elsa Velázquez, titular de
Educación, en una reunión que evaluó los objetivos priorizados de ese
ministerio en el actual curso escolar en la provincia de Santiago de
Cuba.
Al referirse a las nuevas promociones de Másteres en Ciencias de la
Educación enfatizó que ello debe revertirse en la transformación del
proceso educativo, el cual debe mantener un estrecho vínculo con la
familia.
Tenemos el compromiso social de entregar maestros suficientemente
formados, de elevada cultura general, acotó la ministra.
En sus intervenciones, los educadores abogaron por la estimulación
oportuna, y no solo material, el fortalecimiento del trabajo
metodológico y la exigencia de lo establecido, mayor sentido de
pertenencia y la formación de maestros que aseguren el futuro de la
Revolución.
Al respecto se planteó la necesidad de vincular a los estudiantes
que opten por carreras pedagógicas, incentivar el amor del educando
por ser maestro, pues no se trata de captar, sino de cumplir el
proceso de formación vocacional y orientación profesional para esas
carreras.
Se expusieron valiosas experiencias, como las del municipio de
Palma Soriano para ubicar al maestro en su lugar de residencia en
zonas montañosas, y así posibilitar un acercamiento a la familia, a
instituciones culturales y de la salud, todo lo cual va en beneficio
del aprendizaje.
José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, se
refirió a la próxima apertura de Institutos Politécnicos Agropecuarios
en el país, ante la demanda de personal vinculado a la producción de
alimentos, en momentos en que el mundo enfrenta una crisis con un alza
considerable en los precios. (AIN)