Entrevistada por el programa En Confianza de Venezolana de Televisión, Rodríguez reconoció que como propuesta diferente, Tves tarda más en consolidarse porque necesita una alfabetización para cambiar un modelo preexistente.

Pertenecemos a una generación a la cual nuestros padres nos dejaban frente a la televisión para ir a trabajar, y crecimos permeados por un conjunto de valores impuesto por los dibujos animados extranjeros en donde prevalecía la violencia, dijo.

Explicó que, de esa forma, los venezolanos se convirtieron en depredadores de su idiosincrasia, del rostro nacional, porque no querían parecerse a ellos para ser más similares a los estereotipos vistos en las pantallas.

Ante la observación de algunas investigaciones que revelan poca receptividad de la televisora, Rodríguez explicó que éstas sólo estudian las grandes ciudades y no llegan al interior del país, donde existe una cultura diferente.

Nosotros llegamos a donde no llegan las encuestadoras, porque una cosa son las grandes ciudades y otra los medios rurales. Si no hay discriminación, también el campesino, el pescador, deberían contar a la hora de decidir que ver, apuntó.