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El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba causa un daño irracional a la
Isla y debe cesar, sostuvo hoy aquí el ministro de Transporte de la
mayor de las Antillas, Jorge Luis Sierra.
En declaraciones exclusivas a Prensa Latina tras un intercambio con
representantes de la misión estatal cubana aquí, el titular explicó
las dificultades que provoca esa política mantenida durante casi 50
años por Washington.
Nosotros realizamos compras en Irán, país incluido en el eje del
mal al igual que Cuba por una decisión arbitraria del gobierno de
Estados Unidos, dijo.
Buscar un barco que lleve esas mercancías desde Teherán a La Habana
es algo muy complejo, y por ese motivo hemos tenido allá medios
ferroviarios durante cuatro o cinco meses en espera de un buque
mercante, añadió.
Sierra recordó las leyes Helms-Burton y la Torricelli, según las
cuales una nave que entre a un puerto de la isla no puede recalar en
otro estadounidense hasta después de transcurrido un semestre.
La embarcación que va de Europa o Asia a Cuba, tiene como mercado
lógico para regresar cargada de productos el vecino del Norte, subrayó
el titular.
Pero la política de bloqueo obliga a que bajen al sur del
continente en busca de mercancías o que vuelvan vacías a su punto de
partida, agregó la fuente.
El ministro calificó de obstáculos adicionales la imposibilidad de
adquirir piezas de repuesto para motores fabricados en Occidente, la
prohibición de realizar transacciones en dólares y la imposibilidad de
comprar en territorio norteamericano.
No podemos olvidar que ese es el mercado más barato de la industria
automovilística y del sector del transporte. Todo lo que buscamos a
miles de kilómetros en Europa y Asia abunda a tres días de distancia,
resaltó.
Estas sanciones tienen como objetivo rendir por hambre y
agotamiento a 11 millones de personas, lo cual constituye una práctica
genocida, subrayó Sierra.
Pero el pueblo de Cuba brinda efectivo respaldo a la Revolución y
su proyecto de justicia social en general, y en particular a nuestro
sector al que apoya con optimismo y comprensión. Eso nos obliga a
trabajar mejor, concluyó el ministro.