BEIJING.— Mientras en esta capital china lo más descollante resultó el crono de 13.18 del astro local de las vallas, Liu Xiang, tal y como se esperaba por la nómina de participantes, en el resto de los escenarios atléticos del planeta continuó ascendiendo la temperatura competitiva.

Es que el examen atlético Buena Suerte Beijing-Abierto de China, apenas contó con figuras, constituyendo más bien el importante engrase de la organización y el estreno competitivo del majestuoso Estadio Nacional de Beijing, conocido como Nido de Pájaro, de cara a los Juegos Olímpicos de agosto venidero, de los cuales constituirá el principal escenario.

En la final sabatina de los 110 metros con obstáculos, el campeón olímpico y recordista mundial (12.88, en el 2006), se impuso claramente con su mejor registro de la actual temporada, superior por la mínima al 13.19 del pasado día 10, en Osaka, de modo que sigue al frente de la temporada David Oliver (USA-12.95, el día 9), quien además tiene un 13.08, en abril.

Sin embargo, el mismo sábado, en los 26 Juegos Fanny Blankers-Koen, en Hengelo, Holanda, se produjeron las notas más sobresalientes de un fin de semana pródigo en buenos resultados.

El flamante campeón mundial en salto de longitud, el panameño Irving Saladino, levantó de sus asientos a 15 000 espectadores con su brinco de 8.73 (solo 1.2 m/s de aire a favor), el séptimo mejor de todos los tiempos y el más destacado en los últimos 14 años. Y apenas realizó tres intentos (de seis posibles), reservándose para Beijing, dijo.

Su máxima aspiración es convertirse en el segundo campeón olímpico latinoamericano después del pionero cubano Iván Pedroso, con aquel mítico último salto en Sydney 2000, que enmudeció a un estadio listo para festejar la victoria del local Jay Taurima.

De 25 años de edad, Saladino conquistó su victoria consecutiva número 21 y además estableció un récord para el área, dejando atrás el 8.71 de Iván Pedroso (lo mejor anterior, en 1995), a quien nunca llegaron a reconocerle el 8.96 de Sestrieri, Italia, que sería primado mundial todavía. Su cima previa era de 8.57, al coronarse en Osaka 2007, en tanto abrió este año con 8.39 (18 de mayo), en Río de Janeiro.

El otro fenómeno de la jornada sabatina en territorio holandés fue la juvenil kenyana Pamela Jelimo, de solo 19 años, quien hizo añicos el récord mundial para su categoría (1:57.18, en poder de la china Yuan Wang, desde 1993).

Mas el crono de 1:55.76 realizado por Jelimo se dimensiona hasta el entorno absoluto por ser lo mejor del planeta esta temporada olímpica y lo más rápido desde el 2003 (Mutola, 1:55.55), inclusive superior al 1:56.04 de su compatriota Janeth Jepkosgei durante su talentosa conquista del cetro universal en Osaka 2007.

Por si fuera poco, el registro la convierte en la número 20 de todos los tiempos, con la particularidad de que quienes están delante ya no compiten, salvo la mozambicana María Mutola, en fase descendente y próxima al retiro.

La muchachita, reciente campeona absoluta de África (1:58.70, anterior tope mundial del año) a finales de abril en las condiciones de altura de Adis Ababa, capital de Etiopía, dejó a casi tres segundos, a una rival de alcurnia como Maryam Jamal (BRN-1:58.66), actual monarca del orbe en los 1 500 metros. Aseguró tener incontables reservas por haber entrenado mucho y piensa correr todavía más rápido en la próxima ocasión.

El tiempo tope de la campeona mundial del 2005, la cubana Zulia Calatayud, es de 1:56.09 (2002, puesto 29), en tanto la inmensa Ana Fidelia Quirot permanece como tercera de siempre con su 1:54.44 del año 1989, cuando fue elegida la mejor del atletismo femenino mundial.