.— El embajador de Cuba ante la ONU,
Rodrigo Malmierca, clamó hoy por acciones decididas y urgentes para
solucionar los crecientes problemas que afectan la seguridad de la
raza humana y de cada uno de sus individuos.
En un discurso en el debate temático de la Asamblea General sobre
Seguridad Humana, el diplomático rechazó pretensiones de algunos
países de imponer y llevar a la práctica conceptos ambiguos, que no
están claramente definidos.
A juicio del diplomático, esos conceptos podrían convertirse en
instrumentos de fácil manipulación para atentar contra los sagrados
principios de soberanía, integridad territorial y no interferencia en
los asuntos internos de los Estados.
De ninguna manera llamamos a la comunidad internacional ni a las
Naciones Unidas a contemplar impasibles las necesidades de los seres
humanos, incluyendo sus legítimas aspiraciones de seguridad, precisó
Malmierca.
Explicó que, por el contrario, estamos reclamando una vez más la
acción decidida y urgente para dar soluciones justas y duraderas a los
crecientes problemas que afectan la seguridad de la raza humana.
El embajador preguntó cómo se podrá garantizar la seguridad de
todos los seres humanos frente a obstáculos como el intercambio
desigual y el hermético cierre de los mercados de los países
industrializados para productos del Tercer Mundo, entre otros.
Según Malmierca, la seguridad humana será simplemente una frase
retórica vacía si no se rectifican las condiciones de subdesarrollo y
pobreza en que viven las cuatro quintas partes de la humanidad y si no
se saca de la pobreza extrema a mil 100 millones de personas.
Será necesario también salvar la vida de ocho millones de niños que
mueren antes de su primer año, alimentar a 854 millones de
hambrientos, alfabetizar a 876 millones de adultos e impedir que cada
cuatro segundos muera una persona por hambre, dijo.
Por otra parte, Malmierca destacó que la seguridad humana es
incompatible con la existencia de más de 30 mil armas nucleares en el
mundo, 12 mil de ellas listas para ser empleadas de inmediato.
Advirtió que si se continúan imponiendo los modelos políticos del
Norte y no se respeta el derecho a la independencia y la
autodeterminación, y no se comprende la diversidad de culturas y
modelos políticos, proseguirán los conflictos y la inseguridad.
No habrá seguridad humana si continúa la manipulación política de
los derechos humanos, si no cesa la selectividad, la parcialidad y el
doble rasero, se desconocen los derechos económicos, sociales y
culturales, agregó.
Llamó a los países industrializados a dejar a un lado toda su
demagogia sobre las libertades y derechos políticos, mientras muy poco
o nada hacen para erradicar la pobreza y asegurar el desarrollo en el
Sur.
Apuntó que una seguridad humana creíble debe partir del presupuesto
de que no hay democracia sin libertad, sin participación popular,
justicia social, bienestar individual y colectivo y sin solidaridad
humana.
Lo más triste, apunto, es que el mundo cuenta con los recursos y el
potencial tecnológico y humano para enfrentar muchos de estos
desafíos.
Asimismo, Malmierca dijo que poco se habla del principio del
consentimiento, de la soberanía de los Estados y del derecho a la
libre determinación y demasiado sobre vagos conceptos de seguridad.
Al respecto precisó que no se tiene en cuenta que la paz y la
seguridad no se imponen, sino que se alcanza a través del desarrollo,
de la igualdad de oportunidades para todos y garantías de una
verdadera participación en el diseño de su propio destino.