El gobierno de los Estados Unidos implementó una escalada en sus
agresiones radiotelevisivas ilegales contra Cuba, al multiplicar los
cuantiosos recursos que dedica a esa gestión injerencista desde los
primeros días de la Revolución.
Especialistas de los ministerios de Relaciones Exteriores (MINREX)
y de la Informática y las Comunicaciones (MIC) formularon la
denuncia este jueves, junto a periodistas en Mesa Redonda
Informativa de la radio y la televisión cubanas, donde probaron las
reiteradas violaciones de leyes internacionales y el abierto desafío
a la soberanía de la nación caribeña.
Documentos desclasificados de la estadounidense Agencia Central
de Inteligencia dan cuenta de operaciones del gobierno de Estados
Unidos contra la Isla, a través del uso ilegal de emisiones
radiales, se dio a conocer en el foro radiotelevisado.
El ingeniero Carlos Martínez, director general del MIC, refirió
antecedentes históricos de esas emisiones y el empleo alternativo
ilegal de emisoras comerciales radicadas en Miami, amparadas por los
gobiernos estadounidenses en los últimos 50 años, y de otras
específicamente creadas con intenciones subversivas.
Los analistas explicaron que tales medios transmiten semanalmente
hacia Cuba, como promedio, 1 889 horas de radio y TV por 30
diferentes frecuencias, y que EE.UU, ha incorporado la vía de
satélites internacionales y comerciales de alto costo a sus
sistemáticas violaciones.
Precisó Martínez que 131 organizaciones contrarrevolucionarias
han emitido programas contra la Isla, a través de espacios
alquilados en estaciones radiales de la Florida, y citó hechos
demostrativos de la falsedad de los contenidos que difunden y de la
complicidad de las autoridades norteamericanas.
El experto del MIC refirió reiterados chascos sufridos por la
administración norteamericana ante entidades internacionales por sus
violaciones flagrantes de la legalidad, las cuales son
sistemáticamente registradas y documentadas por Cuba, para sustentar
sus denuncias sobre afectaciones causadas en el servicio local.
Las llamadas Radio Martí y TV Martí forman parte de la Oficina de
Transmisión hacia Cuba, entidad creada en 1985, propiedad del
gobierno estadounidense, y se dedican a difundir informaciones y
programas tendenciosos hacia la Ínsula, con el objetivo de
desestabilizar su gobierno, confundir a la población y alentar la
subversión.
Ambos proyectos han costado más de 600 millones de dólares a los
contribuyentes norteamericanos. Ese dinero en realidad beneficia a
elementos de la mafia anticubana, favorecedora de la elección y
posterior reelección en la presidencia de Geoerge W. Bush, incluidos
congresistas de origen cubano, como Lincoln Díaz-Balart.
Aunque en sus más de 17 años de injerencia, TV Martí ha ensayado
sofisticadas tecnologías, que incluyen el empleo de diversos medios
aéreos y variados canales, la señal televisiva invasora en realidad
no logra entrar en los telerreceptores de la Isla, gracias a la
eficaz labor de especialistas locales.
El periodista Reynaldo Taladrid afirmó que las señales contra
Cuba forman parte de un proyecto históricamente elaborado por el
propio gobierno estadounidense, con la colaboración ejecutiva de
organizaciones contrarrevolucionarias.
Directivos y otros beneficiarios del presupuesto de TV Martí, sin
éxito intentan refutar el fracaso de sus emisiones a Cuba, y la
ironía es que solicitaron y recibieron 400 000 dólares al año para
pagar a TV Azteca, a fin de que esta incluya su señal en la
programación habitual, lo que igualmente ha resultado fallido.
Otros escándalos vigentes vinculan a periodistas ilegalmente
pagados por Radio y TV Martí, de acuerdo con leyes de EE.UU.
En abril del 2007, José M. Miranda, alias Chema, ex director de
programas de TV Martí, fue condenado a dos años y tres meses de
cárcel y multa de cinco mil dólares por aceptar sobornos de la
empresa Perfect Image & vides.
Esa entidad le pagó 112 000 dólares en 73 cheques, entre el 26 de
noviembre del 2001 y el 20 de diciembre del 2004, en recompensa por
beneficios recibidos.
El 20 de mayo del 2003, el gobierno de W. Bush empezó a utilizar
un avión militar C 130, comando solo, del Pentágono, para enviar la
señal invasora.
Al respecto, el coronel Roque Garrigó, del Ministerio de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias, explicó que en esa ocasión el
Presidente norteamericano declaró el inicio de una nueva escalada de
la agresión contra Cuba.
Ofreció detalles sobre el potencial difusivo del equipamiento que
utiliza el citado avión, con potencial de 10 kiloWatts y alcance de
200 kilómetros, y precisó que cada emisión actual contra Cuba le
cuesta un estimado de 150 000 dólares.
Hugo Fernández, experto del MIC, explicó que el órgano
especializado de las Naciones Unidas en Telecomunicaciones, en la
Conferencia Mundial del año 2007, rechazó por ilegales las
transmisiones de Washington contra Cuba.
El foro contó con la presencia de delegados de 164 países y la
auto- exclusión de EE.UU.
Rodolfo Reyes, director de asuntos multilaterales del MINREX, dio
a conocer otras denuncias de Cuba en el plano internacional,
incluida la Asamblea General de la ONU.
Destacó el generalizado apoyo que recibe la Isla en sus reclamos
y reafirmó que —ante la burla que hace Washington de las condenas
que recibe— Cuba seguirá defendiendo su soberanía en todos los
ámbitos. (AIN)