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Aprovechar cada piedra de las canteras
Lourdes Pérez Navarro
lourdes.p@granma.cip.cu
Aseguran los especialistas que, después del agua, los áridos están
entre los recursos de mayor consumo en el mundo. Es inimaginable la
civilización actual sin edificaciones, construcciones, viales. Y todos
ellos requieren de estos materiales.
Los
“cantereros” tienen la palabra empeñada: no regresan a casa hasta
cumplir el plan de producción del día.
En Cuba, la demanda de áridos (piedra,
hormigón, gravilla, granito, polvo, arena) es cada vez mayor,
fundamentalmente en los últimos años, a partir de la ejecución de los
programas de la Batalla de Ideas y de construcción y rehabilitación de
viviendas.
La producción de la Empresa de Canteras ha crecido de manera
sostenida desde el 2006 (en el 2007 alcanzó un millón 364 000 metros
cúbicos de áridos) y cumplen sus planes, pero aún no cubre las
necesidades.
La entidad, perteneciente al Ministerio de la Construcción, posee
15 canteras ubicadas en tres provincias: Ciudad de La Habana
(municipios de Guanabacoa y Marianao), La Habana (Caimito y San José
de las Lajas) y Matanzas (Alacranes). Los productos se destinan,
esencialmente, a territorios del occidente del país.
En
el mercado internacional las tecnologías para el desarrollo de la
minería a cielo abierto se han encarecido: un camión que costaba 90
000 dólares en la década del 80, hoy casi triplica su precio.
En el resto de las provincias y en el Municipio Especial de la Isla
de la Juventud existe una Empresa de Materiales de la Construcción que
explotan como mínimo dos canteras cada una y suministran áridos a sus
respectivas regiones.
Ante tal demanda, es preocupación de los "cantereros", como se
autodenominan los obreros de las canteras, seguir elevando la
producción. Para ello —a partir de activos de productividad celebrados
desde la base hasta el organismo rector— han identificado los
indicadores que frenan este objetivo y las posibles vías para
solucionarlos.
TECNOLOGÍA Y PRODUCTIVIDAD
En un recorrido por tres de las cuatro plantas productivas de la
cantera de Caimito, Granma constató que es insuficiente la
cantidad de camiones para el traslado de las rocas desde el yacimiento
hasta la boca del molino. "Los que tenemos son muy viejos, se rompen
mucho. Es que aquí el trabajo es duro; pero si tuviéramos suficientes
equipos de acarreo ¡claro que echaríamos más p’alante!", aseguró
Ubencio Arzuaga, obrero engrasador.
La
atención al hombre es primordial. Los trabajadores tienen asegurada
una alimentación adecuada; algunos en comedores climatizados como este
de la planta Antonio Rabelo, en la cantera de Caimito.
En opinión del ingeniero Marcos Antonio Quintana, director de
Recursos Humanos de la Empresa, lograr mayor productividad depende, en
parte, de la situación de los equipos tecnológicos y no tecnológicos,
del mantenimiento sostenido de las plantas (en su mayoría con muchos
años de explotación) y del aseguramiento oportuno de piezas de
repuesto y otros materiales para enfrentar las roturas imprevistas.
Más de nueve millones de dólares fueron destinados en los últimos
tiempos para la adquisición de tecnologías, las cuales poco a poco van
materializándose. De ellos 4,7 fueron invertidos en la cantera de
Alacranes, moderna planta inaugurada un año atrás en Matanzas. Además
está programada la modernización de algunas instalaciones productivas,
como la de San José de las Lajas, y próximamente se abrirá una nueva
en el municipio habanero de Artemisa.
En el momento del recorrido arribaban al puerto de La Habana cinco
camiones de volteo para el traslado de la materia prima. Con ellos
esperamos reanimar la producción de arena, aseguró el ingeniero Miguel
Oviedo, director general de la Empresa.
CONOCER COSTOS Y VALORES
Un concepto básico asegura que Eficacia (hacer lo correcto)
+ Eficiencia (hacerlo bien) = Productividad. Por eso es
importante que el trabajador conozca cuánto cuestan los medios de
producción y las materias primas con los cuales labora; cuánto ahorra
—e ingresa a la entidad— si los emplea y aprovecha adecuadamente.
En el mercado internacional, la tonelada de explosivos tiene un
costo de 1 500 dólares. La Empresa de Canteras utiliza mensualmente
cerca de 40 toneladas. Este es un dato que un "canterero" no debe
perder de vista.
En todas las instalaciones realizan matutinos con los obreros.
Reciben información acerca de los costos de las materias primas
principales, se les explica cuánto combustible necesitan para producir
un metro cúbico de árido y cómo marcha el consumo de portadores
energéticos. Así los trabajadores se convierten en actores principales
en la identificación y solución de los problemas, subrayó el ingeniero
Mario Fournier, director adjunto de la Empresa.
Las canteras son altas consumidoras de energía eléctrica, de
combustible y agua, por eso chequean diariamente estos parámetros, a
fin de mantenerlos en la media de consumo. Además reciclan el agua que
emplean en el lavado de la arena y del granito. Mediante este proceso
reutilizan cerca del 90% del líquido, lo cual se traduce en importante
ahorro.
En las plantas donde las condiciones lo permiten —como la Antonio
Rabelo, de Caimito, y la de San José de las Lajas—, realizan el
llamado ciclo cerrado de los recursos mineros: todo lo que venga de
los yacimientos se emplea en fines prácticos; así aprovechan y
comercializan subproductos como el recebo y el relleno.
Cada "canterero", trabaje junto a la boca del molino o en el taller
de reparaciones, conoce los indicadores que inciden en su salario.
Sabe que está vinculado directamente a los resultados de la
producción: si hace más, gana más.
También reciben un pago adicional condicionado a la eficiencia del
colectivo: no tener ausencias, mantener la disciplina, cumplir las
producciones físicas y mercantiles, entre otros aspectos. "Este es un
elemento regulador y estimulador para producir, e incentiva la
solución de los problemas tecnológicos", aseguró el ingeniero
Quintana.
SACARLE EL QUILO A LA JORNADA LABORAL
Como todo proceso productivo, la cantera es una cadena: cada hombre
es necesario en su puesto y momento. Si un obrero llega tarde, no
llega o se ausenta sin completar la jornada, afecta la eficiencia del
colectivo.
La falta de recursos durante la década de los 90 del pasado siglo y
principios de este, provocó un resquebrajamiento de la disciplina.
Pero hoy el panorama va cambiando, aseguró el Director de Recursos
Humanos. Discutimos el Reglamento Disciplinario con los trabajadores,
en los matutinos analizamos casos de indisciplinas y
desaprovechamiento de la jornada laboral, y señalamos por sus nombres
incidencias e incumplidores. Además, enfatizamos en el importante
papel de los mandos intermedios; el jefe es el responsable de la
disciplina, del control de sus obreros, por eso es fundamental su
constante capacitación.
Ya lo dijo el Che: El éxito del mejoramiento continuo de la
productividad depende del nivel de preparación de los dirigentes y
trabajadores y su efectiva participación en este empeño.
Hay canteras en las que está por resolverse la crítica situación
del transporte obrero, paralizado por roturas y falta de motores.
Algunos vehículos han recibido soluciones puntuales, pero el problema
persiste. Esto afecta el aprovechamiento de la jornada, pues al no
llegar el personal en el horario establecido, se interrumpe el inicio
de la producción. Como los obreros vienen de diferentes zonas, los que
van llegando inician el trabajo, pero sin la eficiencia requerida.
Aún así cumplen los planes de producción. "Alargamos la jornada
laboral después de los horarios pico, para no afectar el consumo
energético; muchas veces nos coge aquí la una de la mañana, aseguró
Jesús Valdés, operador de buldózer. Empeñamos nuestra palabra y no
regresamos a casa hasta cumplir el plan del día".
Si algo abunda en los "cantereros" es el sentido de pertenencia a
esa dura labor que exige sacrificio y dedicación. Son incansables
innovadores y trabajan por igual bajo el sol o la luna. Van en busca
de alternativas que permitan aprovechar cada piedra de las canteras. |